Caronte sigue tras la pista del comisario Paniagua, tiene la corazonada de que está detrás del asesinato de Jorge, el policía que mató a Vanesa. Pero necesita pruebas. Gracias a la ayuda de Aurelio descubre que la bala que le mató es muy rara, es rusa. Con esta pista consigue contactar con una banda que trafica con armas. Con la excusa de que quiere hacerse con una, acude con un conocido a una nave.
Allí se cita con estos sicarios, ellos le ofrecen un arma por 500 euros, parece que quieren hacer negocios con Caronte, “cuando dispares aunque sea una vez, te deshaces de ella”, le explica. Antes de marcharse les pregunta si saben quién es, “yo fui policía”, les cuenta. En cuanto les dice esto, el sicario saca su arma y le apunta, y Samuel puntualiza, “fui policía pero me echaron”.
No quiere mentiras, por eso, le ha revelado que fue policía, Caronte quiere hacer negocios con ellos, “¿tenéis algún problema?”, les pregunta, al mafioso le ha gustado Samuel, piensa que está loco pero que es de fiar. “Es bueno tener al enemigo de tu lado”, sentencia antes de irse.