Caronte ha reunido bastantes pruebas contra el comisario: grabaciones, pistolas, el asesinato de Jorge López, y su propio accidente de coche. Lo único que no sabe es cómo actuar a partir de ahora. Por eso, el abogado y Aurelio acuden donde el juez Arauz para pedirle que abra una causa contra él.
El magistrado está con ellos, les cree…”pero tengo las manos atadas”, les dice. Y les propone que vayan a hablar con un Fiscal. Bernardos Santos es su hombre. Sabe que es el fiscal que consiguió que condenaran a Caronte, “perdón señoría, pero no pienso pedir ayuda a ese hijo de la gran puta”, le dice. Arauz insiste que es “un perro de preso. Cuando pilla a su víctima, no la suelta hasta que la destroza. Es el fiscal con más ambición que conozco”, les cuenta, porque si consigue procesar a un comisario catapultará su carrera.
Caronte se muestra muy reacio a pedir ayuda a ese fiscal, Aurelio le intenta convencer… Ahora necesita investigar las cuentas de Paniagua, para hacerlo necesita la ayuda de Bernardo Santos. Aurelio le pide que se trague su orgullo.
Finalmente, van a hablar con Santos, le exponen todas las pruebas que tienen y le proponen que abra una causa contra Paniagua, así tendría a Anticorrupción investigándole.