Con un tercio de los hombres españoles habiendo reconocido haber pagado por sexo y una estimación de más de 100.000 prostitutas ejerciendo en nuestro país, nos adentramos en un mundo muchas veces oscuro, casi en el limbo, desde los entornos más modestos hasta los trabajos más exclusivos y las nuevas tendencias en la venta del propio cuerpo.