Los dos se han quedado sin trabajo hace más de un año y en su pequeña cocina elaboran platos que los clientes y amigos les piden por teléfono: “Haciendo cuentas, al final de mes podemos ganar entre 100 y 200 euros como mucho. Mientras podamos sacar para los gastos de luz, gas y agua, vamos saliendo adelante”, asegura Andrés.