Vino a España para estar junto a su familia. Desde hace 10 meses vive con sus tres de sus hijos en una chabola, dos de los cuales han desarrollado trastornos mentales por vivir en estas condiciones: Uno de ellos ha desarrollado Síndrome de Diógenes. El otro es esquizofrénico y ha llegado a amputarse los genitales. “No me educaron para estar pidiendo. Sólo nos queda rogar a Dios, que no sé si existe”, sentencia la sintecho.