Son escenas de las 1000 viviendas, un polémico barrio alicantino donde habilidosos navajeros conviven con traficantes de droga y familias trabajadoras.
La Policía Nacional rodea un domicilio en busca de un fugado de la justicia, que sortea a la ley saltando de casa en casa. Enfrente, un señor quema el embrague de su coche haciendo "trompos" en medio de una enorme polvareda.
Un poco más allá, un fontanero intenta reparar una avería que ha dejado un reguero de heces. Todos, según una vecina son "una pequeña familia".