Este es el caso de Chema, un camarero en paro que lleva viviendo un año y medio en la calle y pide limosna para poder alquilar una habitación. Chema considera que esta ordenanza "lo que persigue es limpiar las calles de Madrid", y añade "si no tenemos nada cómo vamos a pagar 750 euros de multa". Ante su angustia y consternación le ofrecemos acompañarnos a hablar con Carlos Martínez, coordinador de familia, servicios sociales y participación ciudadana. Martínez mantiene que "en ningún caso se va a multar a los sin techo, lo que se pretende es perseguir la mendicidad organizada". Además añade que se trata de una ordenanza que "busca la mejora de la convivencia en la capital y que no conlleva fines recaudatorios, al contrario, ya que pretende desde los servicios sociales ayudar a las personas que se encuentran en situación de desarraigo".
Pero no sólo estará sancionado ejercer la mendicidad sino que también se multará a aquellas personas que rieguen sus plantas o que pongan macetas en el exterior de sus balcones poniendo en riesgo la seguridad de los viandantes. Luisa que tiene plantas en su balcón del barrio de Malasaña asegura que procura "no regar a deshoras y mis tiestos están en el interior". Ve bien la ordenanza en este sentido porque "muchas veces me han sacudido la alfombra cuando paseaba por la calle o me ha caído agua de los tiestos de los vecinos".
Recorremos el barrio con Luisa en busca de posibles infractores y llegamos a la Plaza Luna, una de las zonas donde se ejerce la prostitución en la capital. Si llega a entrar en vigor la nueva ordenanza la multa que le pondrían a Luisa por regar las plantas fuera de hora sería la misma sanción que tendrían que pagar clientes y proxenetas, entre 750 y 3000 euros. El objetivo según afirma Carlos Martínez, coordinador de familia y servicios sociales " no es perseguir a la prostituta, que es una víctima, sino evitar la demanda al sancionar al cliente". Pero las prostitutas no lo ven así muchas afirman que desde que se ha dado a conocer la ordenanza "ha bajado el número de clientes, tienen miedo a que les multen y les llegue a casa, ahora ganamos menos".
Algo parecido ocurre con Antonio, que 17 vendiendo pañuelos y ambientadores a los conductores que paran en el semáforo de la Estación de Autobuses de Mendez Álvaro. Si finalmente se aprueba la ordenanza le podrían multar con 750 euros "si no nos dejan vender tendremos que vivir en la calle porque yo pago el alquiler de mi habitación con lo que saco cada día en el semáforo".
Un reportaje de Sara Puertas.