La Virgen de la Guía es la patrona de las fiestas de Portugalete y Maite Uribarri es la mujer que la cuida y restaura para que esté perfecta para procesionar por las calles del municipio de Vizcaya y por la ría de Bilbao.
Horas antes de que la imagen divina sea expuesta al público, ella ultima todos los detalles. Para ver cómo son esos momentos, Nacho Abad ha querido acompañarla, para descubrir cuál es el trabajo que hace para que la virgen luzca en todo su esplendor.
“¿La gente le dice guapa por la calle?”, preguntaba el periodista, a lo que la restauradora respondía: “¿Qué quieres que te diga? No, porque no es guapa”. “Es resultona, tiene personalidad”, apuntaba el reportero. “Tiene cara de aldeana”, añadía ella.
Maite Uribarri lleva dedicándose a esto unos veintinueve años: “Empecé haciendo manualidades, me entró el gusanillo de hacer y empecé a restaurar imaginería”, apuntaba, muy orgullosa de la labor que hace.
Es tal su vínculo con la Virgen de la Guía, que asegura que mantiene conversaciones con ella: “Yo le hablo mucho, le pregunto por cómo va a ser el día, me gusta mucho. Ella está encantada, igual que yo. Estamos encantadas de estar juntas”, decía.
Una vez limpia y encerada la imagen de unos cuarenta centímetros, la restauradora la transporta con sus propias manos: “Me siento importante porque ha quedado como tiene que estar”, declara, muy contenta por lo que ha hecho.
“Ahora, que no me la toquen”, asegura, muy protectora. Una advertencia que no le servía de mucho, ya que una de las vecinas de Portugalete no se ha cortado a la hora de besar en la cara a la imagen, dejando restos de pintalabios.