La comida y la música juegan un papel muy importante en el festejo y la madrina es la encargada de contratar la gran haima que se instala en la calle para acoger la gran fiesta nocturna, a la que acuden todos los familiares y amigos de la pareja, además de todos los vecinos. "En este país los invitados no suelen confirmar su asistencia a la boda", explica Merche, la madre del novio, que debe encargarse de redactar y entregar casa por casa todas las invitaciones.