El país tiene tan sólo 316 km cuadrados, aproximadamente la mitad de la isla de Ibiza, lo que le convierte en el más pequeño de la Unión Europea. Cada año sus 400.000 habitantes comparten historia, cultura, paisaje y costa con más de un millón y medio de turistas. Más del noventa por ciento de la población es católica. Aquí el divorcio, el aborto y el topless no existen. Y además cuentan con dos lenguas oficiales: inglés y maltés.
Acantilados de vértigo, bahías de arena o rocas, cuevas de aguas cálidas y tranquilas, piscinas naturales y un fondo marino en el que más de un buzo desearía perderse. Durante los meses de verano miles de estudiantes llegan al país para aprender o perfeccionar el idioma de Shakespeare. Al caer la noche, muchos de ellos, deciden entregarse al desenfreno y al alcohol en las calles y en la playa de Paceville. Dice la leyenda que aquí vivió la ninfa Calipso: Gozo con 31.000 habitantes presume de tener uno de los miradores naturales más espectaculares del mundo. La grandeza de Comino reside en las aguas cristalinas de la Laguna Azul. Lleva gorra de marino, fuma en pipa y come espinacas. Desde 1980, Popeye es un residente más de la isla de Malta.
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