La Costa Azul, también conocida como la Riviera francesa, está situada en el sureste del país y bañada por el litoral mediterráneo. Son trescientos kilómetros de costa, considerados como uno de los principales centros turísticos del mundo y lugar preferido por la aristocracia internacional.
En Marsella nos recibe la alcaldesa de la ciudad, que está de vacaciones. Nos encontramos en el puerto de la ciudad y nos enseña su casa de verano, justo al lado de los lugares donde se rodó la película sobre El Conde de Montecristo.
En Saint-Tropez, o la Marbella francesa como se la conoce también, hemos sido testigos de excepción de un récord Guinness al conseguir introducir a 71 chicas en bikini dentro de un Hammer limusina. Precisamente aquí, se rodó en 1956 una película con Brigitte Bardot como protagonista. Su título: Y Dios creó a la mujer. El éxito del filme convirtió a esta ciudad en uno de los enclaves más visitados y exclusivos de la Costa Azul.
En Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo, y donde hay censados casi sesenta Bancos, recorremos los lugares emblemáticos del Principado, que se han convertido en una permanente referencia de la familia Grimaldi. La próxima boda del Príncipe Alberto ha devuelto a Montecarlo a la portada de la prensa internacional.
En Cannes no sólo caminamos por la tradicional alfombra roja de su popular festival de cine, además conocemos a un español, nacido en Málaga que se convierte en nuestro anfitrión en los lugares más exclusivos de la ciudad. Se llama Mateo y trabaja como primer oficial del yate más grande del Príncipe de Arabia Saudí. La embarcación tiene 18 habitaciones y dos suites presidenciales. Pero uno de los espacios más espectaculares es, sin lugar a dudas, la sala de proyecciones cinematográficas. El barco está tasado en unos ochenta millones de euros y su mantenimiento anual alcanza los tres millones.