Helmut Strebl, modelo de fitness austríaco, presume a sus 47 años de uno de los físicos más espectaculares vistos en redes sociales. En su página web presume de resultados, filosofía de vida… ¡y de tener un espectacular 4% de grasa corporal!
¿Es posible esta cifra? Él defiende que sí, aunque el camino para llegar a ello es sumamente duro y exigente. Para empezar, debes sentir pasión por el procedimiento. “El culturismo y el fitness son mi vida. Lo que me motiva es servir como ejemplo visual de conseguir ideales, sueños y más. Intento que mi vida sea un mensaje”.
Según cuenta él mismo en su propia web, comenzó a entrenar a una edad muy temprana. Con 12 años buscaba hacer frente a los matones del colegio. “Era muy flaco, carne de abusadores. Comencé a hacer ejercicio, y a los 16 empecé a entrenar constantemente en el gimnasio”, defiende.
Pero, ¿cuál es el secreto de su rutina? Para él, los entrenamientos deben ser divertidos. Entrena cada gran grupo muscular una vez por lo menos una vez cada cinco o seis días. Intenta no caer en el aburrimiento a la hora del levantamiento de pesas, por lo que la improvisación juega un papel importante en este sentido.
Sin embargo, el otro componente de la transformación, la dieta, sí es una cuestión mucho más exigente a la hora de programarla. “Al contrario que con el entrenamiento, sí sigo un plan detallado a la hora de comer. Hago entre cinco y seis comidas al día. Tomo proteínas magras en cada una de ellas: huevo, pavo, pollo, ternera, pescado blanco… Y de carbohidratos, los míos son el boniato y el arroz integral”.
De esta forma, ha alcanzado la excelencia profesional en el cada vez más grande mundo del fitness. Por el momento, ya cuenta con un amplio número de seguidores en su cuenta de Instagram. Los impresionantes resultados que se muestran en sus fotografías así lo merecen. Eso sí, asegura no haber consumido jamás esteroides ni ningún tipo de producto químico que le haya hecho aumentar su físico. Es todo natural, su forma de honrar la frase que resume su estilo de vida: “La perfección no existe, pero si la perseguimos podemos alcanzar la excelencia”.