Cristiano Ronaldo aprovechó las horas libres de entrenamiento para hacer turismo gastronómico cerca de Madrid. El delantero del Real Madrid se escapó, junto a su familia, a Segovia para degustar su clásico cochinillo al horno en un céntrico restaurante, el Mesón Cándido.
Alberto Cándido, ostenta el título de Mesonero Mayor de Castilla, y su restaurante es referencia de la cocina castellana desde generaciones. Se da la anécdota que Cándido es del Barça de corazón.
Conocemos que Cristiano probó el cochinillo pero ¿qué más hizo durante su estancia en Segovia? ¿Cuáles son los detalles de su escapada? Los medios segovianos publican que lo primero que pidió CR7 fue abrir una ventana del restaurante para poder contemplar el famosos 'Acueducto romano': "Las vistas son lindas".
Ya sentados en la mesa en la zona del reservado del comedor del Torreón, Cristiano se saltó la dieta del Real Madrid por un día. El portugués decidió probar el menú clásico castellano. Así a la mesa fueron llegando como aperitivo jamón ibérico y chorizo a la olla. Entre risas con su familia – le acompañaban su pareja Georgina, su madre Dolores y su hijo Cristianito- se sirvió el primer plato: judiones de La Granja.
Su homenaje continúo con el conocido cochinillo al horno de leña que acompañó con ensalada mixta. Cristiano aún guardó un hueco en el estómago para uno de los postres más típicos de la zona: ponche segoviano.
Antes de irse Cristiano pidió poder hablar con Cándido, dueño del Mesón: "El cochinillo estaba top". Según recoge el diario 'El Norte de Castilla', el luso dejó una dedicatoria en el libro de honor del local: "El leitão -cochinillo en portugués- estaba fantástico. Muito obrigado por todo, señor Cándido. CR7".
Pasadas las cuatro y media de la tarde, y tras casi tres horas de degustación, salió del restaurante junto a su familia. Junto a un sequito de guardaespaldas, firmó autógrafos, se hizo selfies y cogió su coche puso rumbo a Madrid. Así termina la aventura de Cristiano en Segovia.