Pasar casi dos horas en un estadio de fútbol hace que a los aficionados se les dispare casi siempre el apetito. Por eso, es necesario llenar la mochila de provisiones para no pasar hambre mientras se anima al equipo. Pero, ¿qué se come en los campos europeos? Un reciente informe de la UEFA lo revela y demuestra que la diversidad es más amplia de lo que parece. Y se conforma una cosa: en España nos gustan las pipas en los estadios.
En España no hay sorpresas. Las pipas son el producto estrella. Ocupan poco espacio, duran todo el partido y encima hay a quienes les ayuda a paliar los nervios. Una afición que se comparte también en Andorra.
Las aficiones de otras ligas europeas prefieren en cambio comidas mucho más copiosas. En Inglaterra, por ejemplo, son amantes del pastel de carne. En la liga alemana, lo que más consumen son la cerveza y los perritos calientes. En Italia los bocadillos, allí conocidos como 'salamella'.
Aficiones como la francesa se decantan por sus particulares hotdogs, que constan de un rollito en cuyo interior se encuentra una salchicha de cerdo. En Bélgica, sin embargo, prefieren sus famosas patatas fritas.
Según nos adentramos en el continente, la variedad aumenta considerablemente. En Albania son mucho más contundentes: kebabs, albóndigas y cerveza para hidratarse. En Holanda, se decantan por las hamburguesas y en Montenegro, los sándwiches acompañados... ¡de café! En Europa, cada uno ve el fútbol a su manera.