Que el ritmo no pare
Más de 25.000 personas mueren al año por parada cardíaca. Una cifra que ha aumentado desde que la fiebre del running es una realidad. Desde Tveo Correr no pretendemos agobiaros con estos datos, pero esconderlos tampoco serviría de nada. Hemos insistido alguna vez en la necesidad de realizar revisiones médicas o de la importancia de la ya tan conocida prueba de esfuerzo. Pero esta vez queremos lanzar otro dato que nos ha llamado la atención: solo un 7% de las personas que han sufrido una parada cardiorrespiratoria ha sobrevivido gracias a que alguien les ha practicado una maniobra de reanimación. (Los servicios de emergencia necesitan su tiempo para llegar) El porcentaje, ya lo veis, es muy bajo y responde sobre todo al desconocimiento que tenemos de llevar a cabo una práctica como esta. Cierto es que aprenderlas debería ser algo obligatorio y todos tendríamos que asistir a un curso de primeros auxilios alguna vez en nuestra vida, incluso varias para no olvidarlo. Pero la realidad no es así. Conscientes de esto, muchos clubes como “Running Company” imparten ya talleres de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y cómo usar un desfibrilador. No es descabellado para los que corremos ponernos en una situación en la que tendríamos que asistir a otro corredor que ha entrado en parada. Con los conocimientos previos y un poco de calma y concentración podríamos evitarle unas secuelas terribles de por vida o incluso librarles de la muerte.
Si tenéis ocasión, asistid a una charla de este tipo y practicad con el típico “dummy”. Es muy fácil. Os dejamos un vídeo donde veréis las cuatro pautas imprescindibles para actuar si alguna vez lo necesitáis y una pequeña secuencia de uno de los talleres impartidos por un club de running.
En cualquier caso, recordad: manos entrelazadas, brazos estirados y presionad en el centro del pecho de la persona afectada con una frecuencia de entre 100 y 120 compresiones por minuto. Si es necesario podéis cantar mentalmente la canción Stayin’ Alive de los Bee Gees. No es ninguna tontería. Presionad hasta que vengan los servicios de emergencia a los que habéis avisado, claro y si hay un desfibrilador, usadlo. El paciente os lo agradecerá siempre.
Carlos Roldán.