¿Qué hacemos este domingo?
La vida, los recuerdos e incluso la propia felicidad, están compuestos por infinidad de sensaciones. Sensaciones que nos gratifican y nos alimentan el espíritu.
Dejando de lado todo aquello que requiere de un bolsillo muy holgado para alimentar nuestras satisfacciones. El domingo puede ser un buen día para disfrutar. En este sentido, yo me quedaría con pequeñas cosas, como estas:
Unas cañas con los amigos, una terraza con sol primaveral, un buen libro y una copa de vino, una agradable compañía… pequeños placeres dominicales… y como no, dentro de estos y en posición preferente, está la afición que compartimos y que nos une. EL RUNNING.
uiero evocar una serie de sensaciones motivadoras que a buen seguro hemos compartido:
La carrera popular del domingo. Un cásico a las 10H. Ambiente, música, speaker… Que sería de esa sensación. Ocio, extenuación y bienestar y encima, te queda todo el domingo por delante. “Adrenalina”.
Correr con la lluvia cayendo sobre ti, empapando tu pelo y tú, avanzando ante la adversidad. Te hace sentir como un guerrero/a duro y firme. “Indescriptible”.
Salir a correr por el campo, la mezcla de olores, romero, tomillo, los pinos… el sendero por el que avanzas cual peregrino, realimentándote del paisaje. “Regenerador”.
A cielo abierto, procurad ver el cielo al salir a entrenar, os centrará su inmensidad y además mejora postura y respiración. “Trascendente”.
Sobre la noche, cuando todos duermen, sales a correr, no hay gente, la luna y tú. Concentración máxima y un fuera de lugar que te hace sentir emociones especiales. “Extraordinario”.
Al llegar a una ciudad nueva, ya sea por trabajo o por ocio, calzarte las zapatillas y explorar rincones nuevos a golpe de runner. “Asombroso”.
Correr por el paseo marítimo de tu playa, para finalizar en un chapuzón y recuperar flotando en el agua. “Paradisíaco”.
¡Ah! y que no se olvide ser felices.