El fenómeno Behobia-SS
Otro siete de Mayo pendiente del ordenador porque una edición más la Behobia- San Sebastián se ha comenzado a correr con seis meses de antelación. Cuando leáis este post un servidor habrá pasado media hora frente a la pantalla intentando formalizar la inscripción de una de las carreras más emblemáticas de España y de las pocas que medio año antes de celebrarse cuelga el cartel de cerrado por completo. Este año ha vuelto a pasar y con nuevo récord porque en apenas 24 horas se agotaron las 30 mil plazas que la organización había previsto para esta edición lo que demuestra que cada vez somos más y que el fenómeno de esta carrera parece no tener techo.
Los quince mil veteranos que ya la han corrido en tres ocasiones, fueron los primeros privilegiados que reservaron su plaza y el miércoles fue el turno de debutantes o quienes como yo no la hayan corrido en más de dos ediciones. Con el protocolo de la inscripción y los clásicos cuelgues de la página web de la organización comienza el ritual por esta cita en la que todo el mundo que prueba repite. Los guipuzcoanos porque la consideran su carrera, los que son de Donosti (espero que este año mi padre pueda verme), y los que no son de allí porque nunca han visto semejante ambiente y tanta gente animando. Luego están los que la aman y la odian porque dicen nunca más y acaban pagando a regañadientes los cuarenta “eurazos” que como este año cuesta la inscripción.
El precio da para unos cuantos post, el de esta y el de otras carreras de las llamadas populares pero no vamos a entrar en ese debate porque hoy toca disfrutar del nerviosismo del novato que pasó la noche previa al día de reservar plaza dando vueltas por volver a sentirse del grupo de la Behobia. Después de una edición de ausencia, vuelvo a poner en rojo la fecha del 9/11/2014, si todo sale bien volveré a correr una media maratón pero sobre todo volveré a correr con amigos, ante mi familia, en mi ciudad, y además y por primera vez lo haré en compañía de la persona que se tuvo que multiplicar durante los dos meses de la convalecencia que me obligó a quitarme las zapatillas…
Los que como yo lleváis poco en esto entenderéis las sensaciones. Hoy te inscribes y ya empiezas a mirar planes de entrenamiento. Luego vendrá el verano, acaban las vacaciones y ya pegas en el frigorífico el calendario que has impreso para ser un poco disciplinado. Te vuelves loco interpretando lo de las series, no te decides por qué tiempo marcarte como reto, entras en Septiembre y ya empieza la cuenta atrás hasta la fecha de la carrera. Doce semanas de salidas, y de incursiones en la página web de la organización (www.behobia-sansebastian.com). Cotilleando lo que se opina en los foros, esperando ver el diseño de la camiseta para ponerle alguna pega al color, e intercambiando novedades con los amigos que compartirán todo el previo de la carrera contigo en San Sebastián.
Y así hasta el viernes que llegas a la capital guipuzcoana. El sábado con la familia, la feria del corredor, paseo en una ciudad tomada por los corredores, y el menú de pasta y el pincho y asomarte a la playa y otros sencillos momentos que forman parte del ritual de la Behobia-San Sebastián que no es solo una carrera.