La crisis de los cuarenta es un momento muy duro, uno se da cuenta de que ya ha vivido más de la mitad de la vida, que el cuerpo ya no es lo que era, que para recuperarse de cualquier exceso es necesario más del doble de tiempo que antes y que comienzan los temidos achaques. Envejecer no es algo agradable e intentamos poner remedio a algo inevitable. Ahí comienza la búsqueda del elixir de la eterna juventud.
Las generaciones anteriores no parecían preocupadas por esta fase vital, no recuerdo a mis padres, tíos o abuelos practicando ningún deporte a esa edad, el ejercicio era solo para locos y valientes. No existían los gimnasios y ver gente haciendo alguna actividad física por la calle extrañaba.
Ahora, una de las primeras conclusiones a las que se llega rápido es que para mantener el cuerpo en las mejores condiciones durante el mayor tiempo posible lo mejor es moverlo y correr es una de las formas más básicas y naturales de hacerlo. Creo que es un error pensar que eso nos alargará la vida pero sea o no cierto, es un razonamiento útil.
En el día a día la mayoría de las cosas que estamos obligados a hacer suponen un esfuerzo, es verdad que muchos son obligatorios y correr es un esfuerzo voluntario pero si analizamos los beneficios que genera nos daremos cuenta seguramente de que lo mejor sería considerarlo de obligado cumplimiento.
A los que buscan excusas, como que no es bueno para las articulaciones, es muy aburrido o se sufre mucho es fácil demostrarles que los aspectos positivos son suficientemente importantes para rebatir esos argumentos tan simples.
Los hábitos han ido cambiando, los medios de comunicación y las autoridades sanitarias nos han ido poco a poco concienciando que el ejercicio físico debe formar parte de nuestra vida. Sabemos que el sobrepeso es una mala compañía y que la dieta mediterránea debería ser la base de nuestra alimentación.
Como adelante en un post anterior, no deja de sorprenderme la cantidad de gente madura que me cruzo corriendo, en su mayoría mujeres. No es difícil ver gente en edad de jubilación trotando a un nivel que ya querríamos muchos. Abandonar las actividades profesionales ya no da paso a un periodo sedentario, no se ve tanta obesidad como antes.
Cada uno tenemos nuestras limitaciones, da igual la velocidad e incluso el tiempo, solo el hecho de moverse con cierta periodicidad, sin necesidad de llegar al sufrimiento o la extenuación, durante el tiempo que se pueda tendrá un reflejo físico y psíquico.
No existirá el elixir de la eterna juventud pero no es nada despreciable conseguir retrasar el fatídico momento en que la edad nos lleve a depender de terceras personas.
Las expectativas y calidad de vida han subido notablemente gracias a esta nueva mentalidad.
Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas... Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero nunca te detengas!!!
Paso a paso y sin perder de vista el suelo.