Aún a riesgo de caer en algo manido o ser pesado, seguiré haciendo hincapié en la importancia que implica la decisión de correr más o menos distancia. Entendiendo que el running lleva implícito el ser fondista pero todavía añoro los 400 metros de las pistas de atletismo, sus calles, el tartán, y las zapatillas de clavos.
Cada vez se presume mas de ser maratoniano, de correr distancias lejanas y por contra se infravaloran, por ejemplo, los 5.000 metros.
El aumento de la resistencia es importante y fundamental pero no lo hagamos a costa de bajar el ritmo medio por kilómetro.
Esbozo algunas de las ventajas de mi manifiesto “velocidad –versus-- distancia”.
Sirva como ejemplo que con menos de treinta años me detectaron en la rodilla, que mi rótula tenía el desgaste equivalente al de una persona de 70 años. Las tiradas largas, la acumulación de competiciones de larga distancia, así como el sobreentreno, tienen sus consecuencias y pensad que este deporte engancha y es para toda la vida. En consecuencia, desarrollemos una estrategia a largo plazo y saludable.
A correr!