Sukhotai, ciudad donde termina la novena etapa de la ruta del dragón, es considerada por los thais como la primera capital del país. En el siglo XIII varios principados de las riberas del Mekong se aliaron para crear el primer reino unificado de la historia de Tailandia. La pujanza de este recién nacido estado les llevó durante los dos siglos siguientes a ampliar su territorio extendiendo sus fronteras hasta los actuales Laos y Myanmar; asimismo, construyeron, como muestra imperecedera de su poder, la antigua ciudad de Sukhotai, que ostentaba la capitalidad del reino y podía presumir de una suntuosidad y riqueza que, a día de hoy, aún se puede sentir al visitar el parque histórico de la población. La meuang kao o ciudad antigua, que fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un extenso complejo de templos de unos 45 kilómetros cuadrados que alberga alguno de los monumentos más visitados de todo el país. La mayoría de los chedi o stupas budistas del antiguo Sukhotai se construyeron siguiendo la forma de un brote loto con una estructura de cuatro lados escalonados en tres niveles rematados por un pináculo cónico; a pesar de que esta estructura es la predominante, la riqueza arquitectónica del lugar permite también encontrar templos aislados en forma de campana y otras rarezas que se salen de los canones habituales de este tipo de edificaciones. La visita de este enorme enclave, a pié o en bicicleta, partiendo de los templos de extramuros y terminando en el más imponente de todos, Wat Mahathat, es una experiencia única de creciente belleza que hace honor al significado literal del nombre de la ciudad: “Ascensión a la felicidad”.