A estas alturas del programa , quedamos muy pocos. Una pequeña familia agotada que se mueve por el mundo con la inercia de la carrera y la ilusión por hacer un Pekín Express cada año mejor. En realidad, todos sabemos que llegar hasta aquí es una victoria y que como los concursantes, no podemos venirnos abajo. Sólo queda seguir y coronar en Bali.