Las horas previas a la salida de la carrera son frenéticas, maletas, gritos, llamadas de teléfono... La sensación permanente de que te falta algo, de que podrías haberte preparado mejor no sirven de nada, pero el que no está enredado con una maleta, está enredado entre sus cables.
La gran bestia se mueve, decenas de personas que no pararán. Hay que estar un poco loco para hacer Pekín Express.
¿Cómo crees que serán las parejas de este año?
¿Te atreves a imaginar el vestido con el que comenzaré la Ruta del Dragón?