La Ruta os espera
Este repaso por la ruta quiere ser una guía, una forma de acercaros a nuestra aventura y a La Ruta del Himalaya por si alguna vez tenéis la oportunidad de hacer este viaje o parte de él. Un amigo de Plasencia me ha mandado un mensaje desde Varanasi hoy. Estaba en las mismas escaleras del Ganges donde disputamos el juego de inmunidad. Ese es el espíritu de Pekín Express que compartamos todos esos lugares, desde allí o desde este blog. Como cada semana Mariano Blas Remón nos aporta los datos sobre las ciudades y localizaciones de la ruta. Sumamos mis anotaciones del diario que escribí allí, más las fotos que tomamos Mary y yo y este es el resultado espero que os guste. Gracias Mary y Mariano.
ANOTACIONES A LA ENTRADA DEL DESIERTO
"La salida hacia el desierto. Hay miedo. Una excitación compartida. Nos hacemos cientos de fotos como quien se va sin saber cómo regresará. Nos hemos separado muchas veces en estos cuarenta días pero, de alguna manera, el desierto nos separará más. Nos hará estar más solos. Fotos y fotos de una extraña despedida.”
JAISALMER
Jaisalmer, de donde parte la undécima etapa de la ruta del Himalaya, es una población situada a escasos kilómetros del desierto del Rajasthan, conocida popularmente como la “ciudad de arena”. Esta maravilla debe su riqueza arquitectónica a su posición estratégica en las rutas comerciales. Los mercaderes que cubrían la ruta de las especias edificaron en ella magníficas viviendas y mansiones en madera y piedra caliza de color dorado, para descansar después sus largas travesías por el desierto. Jaisalmer decayó cuando las rutas que atravesaban el desierto fueron sustituidas por las marítimas, haciendo innecesario el paso por la ciudad. El fin de esta floreciente ciudad parecía estar cerca pero el auge del turismo la hizo revivir y ahora gracias al atractivo de su magnífico fuerte de 1156, al exotismo de sus templos jainistas y a la magnificencia de sus milenarios palacios, vive una segunda juventud.
ANOTACIONES DESDE JAISALMER. SALIDA DE LA ETAPA 11
“Sabemos que estamos en el desierto Thar Rajastán. Eso es decir mucho y muy poco. A la entrada de un palacete indio color duna, unos hombres lavan unos caballos preciosos. El grupo avanza hacia el palacete donde daremos la salida de la undécima etapa y yo me quedo hipnotizada viendo el agua sobre ellos…
…Introducimos al grueso del grupo en el desierto y nos dirigimos hacia ninguna parte a 40 kilómetros de Pakistán. Dejamos atrás camiones, cabras, vacas y hombres en carros tirados por camellos y niños en bicicletas.
Una noche ardiente se sacude la arena del día y nos lleva hasta las puertas de un palacio de las Mil y una Noches. Un regalo de Pekín Express. Hoy no habrá cucarachas, ni ratas, ni saco sábana. Esta noche dormiremos en un palacio que crece sobre la arena. Miro al cielo desde su jardín y veo unas estrellas como ojos blancos. Se acerca un hombre. Habla español. Bastante bien. Trabaja en la zona porque según me cuenta los pozos petrolíferos están a unos kilómetros de este palacio, en la frontera con Pakistán. Tiene un piso en la Plaza de Castilla de Madrid y adora España. ¿Es o no increíble este viaje? Aquí en medio de la nada, bajo unas estrellas como mandarinas y con este señor hablando de Madrid y del petróleo. Este desierto en donde India ha realizado pruebas nucleares, en donde le sacan a la tierra todo lo que guarda, donde viven los pastores con apenas cuatro animales para alimentar a su familia, casas de barro, matorrales, serpientes, arañas y el calor…Pegada al suelo por el efecto de la gravedad con las estrellas frente a mí. Nos separa el vacío de este mundo absurdo.”
DESIERTO THAR DEL RAJASTHAN
El desierto Thar del Rajasthan se extiende desde el noroeste de la India hasta el este de Pakistán y ocupa aproximadamente el 10% de la superficie de India. Se trata de una vasta llanura de piedra caliza y escasa vegetación con aisladas y enormes dunas de arena diseminadas por su territorio.
En este mítico desierto, que cuenta la leyenda que fue atravesado por el mismísimo Marco Polo, conviven pequeñas poblaciones de pastores de cabras con una amenazante fauna local que incluye lobos, escorpiones, antílopes, multitud de especies endémicas de reptiles y aves y los últimos ejemplares de león asiático en libertad. Los habitantes de la zona, a pesar de su carácter reservado, tienen un rico y colorido folklore que gustan de compartir con el visitante en alguno de los muchos festivales del desierto que se celebran a lo largo del año; en ellos se pueden disfrutar de encantadores de serpientes, acróbatas, cantantes folklóricos o bailarines tradicionales.
ANOTACIONES CAMINO DEL DESIERTO
“Un viaje interminable hacia un infierno de nada. Camiones como yeguas percheronas preñadas salpican una carretera en línea recta que parece llevar a un único lugar. Sólo habrá un punto en donde nazca un desierto-pienso. Una especie de centro arenoso desde donde India se convertirá en polvo y alacranes. Nos sentimos cansados. El calor es tan fuerte que se cuela por las rendijas de las furgonetas como llamas de fuego. Nos engancha los tobillos y nos aprieta el cráneo. En el exterior, 54 grados de temperatura. “Es como estar de gira cutre”-dice Mary. Una gira hacia un festival de fantasmas que hacen ruido de viento..
…La caravana que nos lleva hasta Devikot para en un punto donde hay varios camiones detenidos. No hay gasolineras. Sólo un pequeño local donde sirven café caliente…
…Cuando bajo de la furgoneta experimento un minuto de ciencia ficción. Yo dentro de un microondas. El calor, que antes se colaba por las ranuras de las ventanas, me recoge como al que se tira al público desde un escenario. Es denso y acolchado. Te quema la garganta y los pulmones. No te permite pensar. Empiezo a intuir lo extremo que será el camino para nuestros aventureros. Los equipos médicos en alerta. Con este calor ¿quién sabe cómo reaccionarán y cómo aguantaremos? El polvo cubre a los niños y a las mujeres que nos miran como si fuéramos alienígenas. ¿Qué pintan estos aquí? Cualquiera les explica lo que es Pekín Express...
…Nos quedan muchas horas para alcanzar nuestro destino. Entre el calor y los kilómetros de soledad ( no pasa ni un alma), un pequeño grupo improvisa una sorpresa para Paula, una de las dos operadoras de cámara de este viaje. La otra es Chus y ya se fue. Paula es una bestia. Una fuerza de la naturaleza capaz de dejar a cualquiera de sus compañeros atrás. Hoy es su cumpleaños. Unas horas después, en la siguiente parada, despliegue de confeti y coronas de papel, también, que no falte, una banda de miss. Cantamos cervezas en mano Happy Birthday Paula. Roja como un pimiento aguanta este chaparrón de cariño en medio de ninguna parte. El fuego del desierto nos abraza a todos y nos aprieta contra ella. Sudamos y olemos a perro muerto. Pero estamos juntos...
ANOTACIONES DESDE LA DUNA DE DANGRI
“Viajamos con el libro rojo hacia la Duna de Dangri. Ninguno sabemos cómo será pero ya me ha quedado claro que tendremos que subirla. Llegamos con los jeeps a una especie de mini-campamento con unas telas de colores que nos guarecen de este calor que presiona el cuerpo. Cerca, nos dicen, está la duna. Comenzamos a caminar hacia ella. Me adelanto. Vuelvo a sentirme afortunada por este momento en pleno desierto, por el esfuerzo para subir las dunas que se deshacen bajo nuestros pasos, por el calor, por lo duro que es todo esto. Miro hacia atrás y veo a todos mis compañeros como una fila estirada, cubiertos por los turbantes de colores...
Llegamos a la cima de la duna. “Raquel-me dice Eva- ¿recuerdas el plano en el que Paula agitaba la bandera de Pekín Express en la cabecera de la anterior edición?. Sí, claro, le contesto. Pues hoy-me sonríe- vamos a grabar tu plano de la cabecera pero no vas a agitar la bandera, la vas a clavar en esta duna. ¡Frank!-grita. ¡Trae la cámara! ¡Venga, Raquel! Coge la bandera de Pekín Express y baja la duna porque la vas a tener que subir unas cuantas veces”...
…Y aquí estoy, tormenta de arena, calor, sol y una bandera en las manos. Voy a subir la duna, una y otra vez, intentando imaginar cómo lo veréis después en televisión. Minutos emocionantes, en donde solo se oye el viento. Mary viene con unas toallitas y me dice “tengo que desmaquillarte Raquel porque se te ha pegado toda la arena a la cara. Esto, guapa, te toca a cara lavada”. No estaré pasable pero pienso clavar la bandera como si me fuera la vida en ello. Es un momento muy importante para mí. El que me cose a Pekín Express. El que me recordará siempre que este sol sobre fondo rojo, que es el de la aventura y las ganas de vivir experiencias nuevas, será parte de mí y espero que yo de él, para siempre…
…Llegan los equipos. Los aventureros han dejado los animales y corren por la arena. Cuando han firmado todos en el libro rojo, bajamos y nos reunimos con nuestros compañeros que han pasado también la noche bajo las estrellas. Leti nos cuenta cómo acaba de meterse en un jeep con un burro y dos cabras. Nos morimos de la risa. Leti es muy grande. Su uña cicatriza bajo el sol del desierto. Acuño una nueva frase de este Pekín: Leti: donde va ella, va el reality.
PALANPUR
Palanpur, meta de la undécima etapa, significa literalmente “lugar de paso” y recibió este nombre por las siete puertas que abrían la antigua ciudad amurallada hacia las principales urbes de la India. Aunque desafortunadamente poco queda en pie de esta ciudad antigua, Palanpur posee otro monumentos más actuales que merece la pena visitar como la torre de la Victoria o el palacio Balaram, ambos construidos en la década de los 30 del siglo pasado durante el reinado de los últimos maharajás locales. A menos de 50 kilómetros de la ciudad se encuentra el Refugio Jessore del oso perezoso, una reserva natural de 180 kilómetros cuadrados donde, además de ejemplares de este animal, viven en libertad leopardos, antílopes azules, puercoespines y distintas especies de cérvidos.
ANOTACIONES DESDE EL PALACIO DE PALANPUR. LA META.
“En este rato de espera, cuando los kilómetros ya nos han unido para siempre, Eva , la directora del programa y yo, sentimos que algo extraño nos rodea. Algo inquietante. Los árboles se mueven. Hay ruidos. Estamos a bastante distancia del grupo y del palacio. De repente, nos damos cuenta de que nos ha rodeado una familia de monos. Muy grandes y según nos han dicho, peligrosos en manada. Eva, tan asustada como yo, me dice que tenemos que irnos. Nos levantamos despacio y llamamos a Ana Muntaner para que no baje como tenía pensado “Hay unos monos locos con cara de hacernos daño, ¡quédate donde estés!” Chiara, otra compañera, también estaba cerca de nosotros. Nos reunimos las tres y empezamos a caminar hacia la salida. Los monos nos cierran el paso. Decidimos continuar por el único camino que queda, campo a través. Entendemos que habrá un camino o sendero que rodee la finca y lo encontramos. Caminamos rápido sin hacer mucho ruido. Sentimos cómo nos siguen a paso lento. Muchos con las crías sobre la espalda. Estamos listas para echar a correr si ellos lo hacen. Finalmente se distancian y nosotras subimos el ritmo hasta acceder al palacio a través de unos setos. Nos cruzamos con un productor que no entiende porque salimos de entre los setos “nos perseguían unos monos locos”-dice Eva. Y seguimos caminando sin dar más detalles. La cobardía es una cosa muy íntima”.