María Guerrero: “La mayoría de las personas somos el resultado de las oportunidades que hemos tenido desde el inicio”
María Guerrero, estudió Derecho y ADE porque “tenía la necesidad de comprender cómo funciona la sociedad y ser un agente social activo que pudiese generar transformaciones”. De modo que, tras dos años ejerciendo como abogada, decidió buscar otras opciones y encontró una que la enamoró: aficionada a la música pero sin ser profesional, vio que existía un modelo de transformación social a través de la misma. Así nació la fundación que preside, que es para nuestra entrevistada un proyecto de vida y que lo será siempre, asegura.
María Guerrero nos explica exactamente el objetivo de la ‘Fundación para la Acción Social por la Música’, que no es otro que poner la música al servicio de la sociedad y sobre todo de los más vulnerables; trabajan con la infancia en situaciones de vulnerabilidad de todo tipo, especialmente sociales, pero también con casos de discapacidad o limitaciones.
En la actualidad, la Fundación está en seis colegios en Madrid y en Zaragoza, pero quieren llegar, nos cuenta Guerrero, a todos los rincones de España. En los colegios –calificados de “difícil desempeño”– han entrado de la mano de los servicios sociales con la misión de “revolucionar esas comunidades educativas y generar nuevas oportunidades para esos niños”. Se ofrecen como una extraescolar gratuita y no hacen selección de ningún tipo; “cualquiera puede venir y le enseñamos a cantar o a tocar”, “siempre es gratis y sin selección previa”, insiste Guerrero.
Siguiendo el Método Abreu (creado por el venezolano José Antonio Abreu, que recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2008) persiguen crear orquestas y coros que se conviertan en lugares seguros para los niños en situaciones vulnerables. Se trata de que la música se aprenda en una clase colectiva y que se aprenda a tocar, –tocando–. Para ello buscan a los mejores músicos y pedagogos y les enseñan esta metodología.
María Guerrero nos relata con orgullo el acuerdo que tienen con el Teatro Real, donde todos los días acuden niños con necesidades educativas espaciales y a través de la música logran mejorar sus vidas : ”Es casi milagroso cómo mejoran su memoria, vocabulario, autoestima, motricidad…”, asegura.
En resumen, el objetivo es dar a esos niños un mejor inicio en la vida porque “la mayoría de las personas somos el resultado de las oportunidades que hemos tenido desde el inicio; quiénes eran nuestros padres, dónde hemos estudiado…y al final pocas cosas más, y hay niños con un inicio muy difícil en la vida y a menos que se les ayude no van a tener la fuerza para sortear sus obstáculos”. ”La música – aclara- es una herramienta, casi una excusa, para llegar a sus vidas y ayudarles a crecer”
Sobre la financiación, Guerrero dice que son muchos los que se han sumado para apoyarlos; desde empresas como Repsol, Bankia o Amazon, y también muchos particulares. La presidenta de la Fundación tiene claro que, siendo innegable el papel del Estado, es imprescindible que se involucren empresas y personas a nivel particular, y en este sentido piensa que ha de haber un cambio de paradigma. Como también tiene que haberlo si queremos de verdad una transformación social porque “pensamos muchas veces que las necesidades materiales se resuelven con respuestas materiales y sin embargo – asegura- hay que incidir a un nivel más profundo; hay que trabajar valores del espíritu humano”. Para conseguir esto no sirven ayudas parciales y por eso colaboran con otras ONG para lograr transformar vidas . La Fundación tiene una fenomenal herramienta y lo que quieren es que se use.
¿Su sueño?: “Sembrar España de orquestas y coros que se conviertan en lugares de pertenencia y emancipación de todos los niños españoles”. Esto para que no haya niños sin oportunidades en España, que todos se sientan parte de la sociedad y puedan aprovechar las oportunidades que ofrece este país.