Libelium, una empresa para “dotar de sentidos a internet”
Hace trece años, en Zaragoza, en su último año de carrera, Alicia Asín y su socio, David Gascón, vieron que el mundo de los sensores conectados y el internet de las cosas (de los que apenas se hablaba) iban a cambiarlo todo y decidieron lanzarse a montar una empresa : “tuvimos la suerte de que pusimos en la balanza el coste de oportunidad “, explica Asín, que recuerda que si bien en esa época hubieran podido encontrar un buen empleo como ingenieros informáticos, estaban en “ese momento de juventud donde hay que hacer la cosas por aprender y no por ganar dinero”. No tenían nada que perder y se lanzaron. Alicia Asín, se quita méritos” el mérito lo tiene la gente que se atreve a emprender teniendo la vida montada”, asegura.
La cofundadora de Libelium nos explica el fin de la empresa: ”dotar de sentidos a internet; que pueda ver, oler, tocar, sentir”. Esto luego se traduce en aplicaciones prácticas de todo tipo: optimización de riego, ver cuando un viñedo necesita más fertilizantes, comprobar los niveles de contaminación de una fábrica, ver si hay plazas libres en un parking
Le pedimos a Alicia Asín que nos explique cómo es un sensor y nos los describe como un dispositivo más o menos del tamaño de una caja de zapatos que tiene un microcontrolador que es “el cerebro del dispositivo”. Luego tiene un parte donde se conectan los sensores encima y e otra parte el protocolo de comunicación (wifi, 4G…) y luego siempre una batería “porque lo importante es que sean totalmente autónomos y esto se consigue con comunicación y alimentación sin cables”. Asegura Asín que están muy optimizados para que las baterías duren el mayor tiempo posible, en algunos casos hasta diez años.
La responsable de Libelium nos cuenta que los sectores donde más se usan son el de agricultura y agua donde tienen muchos proyectos en el sudeste asiático por ejemplo en piscifactorías para monitorizar la calidad del agua y el sector de aplicaciones asociadas a ciudades inteligentes.
En esta parte de la entrevista, Alicia Asín no habla de la expansión de Libelium, que llega ya a nada menos que 120 países con el 90% de su facturación que viene de la exportación. En Europa tienen muchos proyectos relacionados con las “smartcities”, en Asia con la agricultura y alimentación y en África además agencias de cooperación han formado a locales en este ámbito para dotarles de un extra de competitividad.
“La producción es muy a medida”, explica Asín, quien nos aclara que han creado un sistema muy modular, como bloques de Lego de manera que el cliente tiene muchas posibilidades de elegir lo que mejor se adapta a sus necesidades. Además están viendo la importancia de la “paquetización de soluciones”, es decir, tratan de dar al cliente una solución completa: ”no es que vayamos a desarrollar todo el software-aclara- pero sí queremos como Apple crear un ecosistema , un mundo alrededor de nuestros dispositivos”
Alicia Asín no cree que en este mundo de la interconexión entre las cosas vaya a haber un antes y un después, piensa que el cambio está siendo y será progresivo. Relata cómo en los inicios de Libelium sus clientes eran universidades e investigadores que se aproximaban desde un punto de vista académico, después empezaron a llegar los departamentos de innovación de las empresas y luego por fin, la gente de desarrollo de negocio. “Poco a poco –explica- vemos proyectos que se van consolidando pero los ciclos de maduración-se queja- son larguísimos”. Como ejemplo nos pone un proyecto de Smart cities en el que hace tres años que han presentado el piloto que demuestra que la tecnología funciona y aún no han firmado el proyecto. Las razones son las trabas administrativas, la falta de financiación y la definición del modelo óptimo porque “no solo es nueva la tecnología, es nuevo el mercado, hay muchas cosas para cambiar a la vez y eso hace que vaya más despacio todo”
Sobre la plantilla de Libelium, al principio eran tres: los dos socios y un becario que, nos cuenta orgullosa, sigue con ellos. Ahora, son sesenta personas, todas con un perfil muy técnico aunque no todas son ingenieros.
Alicia Asín sonríe cuando se le habla de la cantidad de premios que ha recibido y nos confiesa que ahora se toma los premios con más responsabilidad que al principio y que le gustan los premios por la parte que supone de motivación para la plantilla.
En Libelium nunca ha habido inversores externos y eso, explica Asín les ha marcado mucho porque siempre han tenido un sentimiento de austeridad y racionalización impropio, reconoce, de una empresa tecnológica que siempre busca captar recursos para que siempre haya fondos y no afecte a la creatividad pero a ella le gusta funcionar de esta otra forma y que sean el mercado y los clientes los que sostengan la empresa y no los inversores privados.
Llegamos a la parte de la entrevista en la que la cofundadora de Libelium nos habla de sí misma y de su conciliación personal y laboral. Ella tiene dos hijas y piensa que sus facetas laboral y familiar tienen que estar juntas; en su opinión en un mundo globalizado tanto el trabajador como la empresa tienen que ser flexibles. “Hay que estar disponibles muchas veces, lo que no significa estar siempre en la oficina” y pone un ejemplo: puedo tener que hacer desde casa una conference call con Nueva York por la noche y luego entrar más tarde a trabajar para poder llevar a mis hijas al colegio. Pero Asín afirma tajantemente que “trabajar de 9 a 5 no va a ser posible para nadie”.
Sobre sus hobbies, le encanta el arte, ir a exposiciones y hacer deporte, sobre todo pilates y boxeo “para relajar la tensión”, dice mientras se ríe.