Ingeniero de telecomunicaciones, natural de Vigo, al terminar la carrera hizo lo que siempre le había llamado la atención: salir fuera de España. Carlos Sanchez ha vivido en Francia, Bélgica, Italia, Suiza y desde hace diez años, vive en Inglaterra. “He sido consejero delegado de dos bancos reales”, explica “antes de tener esta experiencia”. Porque Ipagoo, la empresa de la que ahora es Ceo, es lo que se denomina un banco “fintech”.
Sánchez y su socio se dieron cuenta de los enormes problemas que supone para personas y empresas la “fragmentación bancaria europea”. “En la UE hay 28 países y 8.000 bancos y éstos operan a nivel nacional aunque sean bancos internacionales y esto hace muy difícil a las empresas poder desarrollarse”, introduce Sánchez. Así que esto es Ipagoo: un banco digital transfronterizo que ha logrado romper las fronteras. Cuando alguien se hace cliente de Ipagoo puede acceder a tener cuentas en cualquiera de los países en los que opera.
¿Cómo ha logrado Ipagoo ser transfronterizo? : Ipagoo solo trabaja “la capa superior de los servicios bancarios: cuentas corrientes y pagos”. Ipagoo no invierte el dinero que los clientes depositan en él y eso es lo que permite que las barreras geográficas caigan. “El dinero que recibimos de los clientes”, explica Sánchez, “se aísla de nuestro propio balance, no se arriesga, no se presta, está siempre 100% líquido, independientemente de la cantidad”.
El cofundador de Ipagoo nos habla de la historia de la empresa: se fundó en 2012, o sea, que han tardado más de cuatro años en construirla desde cero porque “es una cosa compleja el hacer un banco multipaís; es la primera vez que se hace, nunca se había hecho”, resalta orgulloso.
Lanzado el banco en marzo, aún no han hecho la campaña de marketing, que está prevista para después del verano. Su base de clientes es ahora de algo más de 10.000 y su objetivo es tener 150.000 en marzo de 2018.
¿Dónde está el negocio de Ipagoo?
El modelo es el de Netflix, explica Sánchez: los clientes pagan un fijo mensual de tres euros por cuenta y tres euros por tarjeta y a partir de ahí, a hacer las transacciones, aunque hay algunos límites.
¿Y qué va a pasar con el Brexit? “Nosotros nos iremos a otro mercado, reconoce Sánchez, porque dependen del pasaporte de servicios financieros. Han barajado Madrid pero seguramente no será la elegida porque “ni el gobierno ni el regulador favorece estas actividades y el regulador español está retrasado respecto a otros países europeos”, se lamenta.
El sueño empresarial de Carlos Sánchez es “ver a Ipagoo convertido en uno de los mayores bancos europeos en la prestación de servicios del día a día”, confiesa sonriendo y añade que “tenemos todos los ingredientes para lograrlo”.
Sánchez tiene claro que el mundo financiero evoluciona y en su opinión los bancos tradicionales no son capaces de observar estos cambios, se quejan de tener una reglamentación excesiva frente a los “fintech” cuando en realidad todos tienen que respetar la misma regulación.
Y ¿el sueño personal de Carlos Sánchez? Pues es volver a vivir cerca del mar con su familia(tiene mujer y dos hijos) y poder practicar su deporte favorito, navegar a vela, cada fin de semana, como hacía cuando vivía en Vigo.