Álvaro Rengifo es, desde hace 7 años, el presidente de Bombardier España. Cuando habla de su trayectoria personal no deja de mencionar la palabra “suerte”. Suerte de haber vivido en muchos países (nació en Marruecos), suerte de haber estudiado económicas, suerte de haber trabajado en el sector público y en el privado… Lleno de energía y entusiasmo nos explica también la trayectoria de Bombardier, una empresa canadiense que ha cumplido 75 años de vida y que nació por un trágico accidente. Su fundador, Joseph Armand Bombardier, inventó el “coche para la nieve” transformando con patines y orugas un Ford T. Lo hizo para que nunca más pasara lo que le ocurrió a él: su hijo murió de apendicitis porque la intensa nevada que había caído en Quebec le impidió llevarle a un hospital. Después, inventó la moto nieve y ahora Bombardier es el tercer fabricante mundial de aviones y el segundo de trenes.
Dos sedes y dos negocios. Bombardier tiene una sede en Canadá, la de su división de aviones y otra sede en Alemania, la de trenes. En España la actividad es básicamente ferroviaria, de hecho, de las 840 personas de plantilla, solo seis trabajan en la parte de aviación. España, explica Rengifo, es un país pequeño pero muy competitivo y por eso las siete compañías ferroviarias más importantes fabrican aquí.
El futuro del tren nos va a traer momentos muy interesantes, vaticina Rengifo. La tecnología está trayendo ya avances apasionantes en áreas como la seguridad. “Dentro de veinte años será muy raro que alguien construya una línea de metro que no sea totalmente automática”. En cuanto a los trenes de levitación magnética, como el que ya surca el cielo de Shanghái, son ya una realidad pero todavía habrá que esperar para que sean eficientes.
“Vender en España un tren entero Bombardier”. Este es el reto que tiene ahora Álvaro Rengifo para la empresa que preside. Dice de todos modos que está en un momento interesante para ver cosas nuevas: no le importaría volver a la función pública porque “trabajar para todos tiene muchas satisfacciones”. Le haría ilusión crear algo pero también dedicarle más tiempo a su familia. Padre de cuatro hijos dice que ya le encantaría ser abuelo.