La historia de Pronovias, que este año cumple un centenario en el sector de novias, se viste de puntillas y lencería allá por los comienzos de mil novecientos.
Alberto Palatchi es el dueño de esta firma que transmite inteligencia, ingenio, gusto y saber vender. Pronovias está presente en cien países. Tiene tiendas en todas las capitales Europeas y de Estados Unidos. Tiene unos mil empleados de cuarenta y cinco nacionalidades con una proporción mayor de mujeres porque como dice Albert “los vestidos de novia no se venden, hay que venderlos”. Ellos son expertos en “hacer guapa a la mujer, porque sino, esos vestidos no estarían en sus colecciones”.
Alberto cree en la empresa familiar puesto que “aporta perspectiva y valores” y cree también en la tecnología, para sus procesos internos así como para vender porque como él dice “el tráfico a nuestras tiendas comienza en el digital”.
Pronovias está viviendo una recuperación a doble dígito, más que nunca ahora en marzo con un 33% que anima a este crecimiento y al esfuerzo que ellos hacen para seguir luchando.
Si tuviera que destacar parte de la entrevista a Alberto marcaría una frase que dice, “ser humilde con uno mismo te permite mejorar, hemos de ser humildes con el cliente y tener un buen equilibrio entre la distribución y el comercio, entre el off line y el on line”.
Navegante, amante de su familia y de su trabajo, le deseo, como siempre, los mayores logros personales y profesionales.