El asesoramiento financiero ha sido el trabajo, casi vocación de Santiago Satrústegui. Asesoramiento financiero con “vocación de independencia”.
Nada más llegar de Londres, empezó a trabajar en banca privada cuando en España en España la inversión en bolsa se circunscribía a los agentes de bolsa y el ahorro apenas se invertía.
Pero la crisis del 92” le hizo ver que los intereses de un banco siempre son más importante que los intereses el cliente. Por eso se aparta de la banca y busca una empresa independiente. La encuentra, pero de nuevo aparece un banco que la compra.
Es en 2001, cuando Satrústegui coge una oficina y se embarca en su aventura en solitario. Con tres compañeros de Morgan Stanley crea Abante.
“Empezamos los cuatro sin nada más que una idea, una página en blanco y muchísimas ganas de poner en marcha lo que luego ha sido Abante”. “Si teníamos muy claro que queríamos hacerlo desde cero, lo que ha sido una ventaja muy importante”.
Abante gestiona el dinero de nuestros clientes, pero aporta más valor: “además de gestionarles su dinero, les ayudamos en la relación con su dinero”. Se trata de dar un enfoque global: “nuestro cliente es la persona y no su dinero”, doce Satrústegui.
Para que la persona esté satisfecha, Abante crea con el cliente “un plan financiero, un plan vital”. Un proyecto en el que está involucrado todo su patrimonio y su trabajo.
Dice Satrústegui que la figura del asesor financiero ha cambiado mucho y que hoy sigue cambiando muchísimo. Y en ello han influido, sobre todo, la última crisis, la evolución de los tipos de interés y la longevidad de la población.
Santiago Satrústegui defiende sin paliativos el sistema financiero y su regulación. Asegura que la crisis de 2008 dejó ver una economía financiera que estaba fuera de control. Pero defiende que la regulación debe de ser anti cíclica. Insiste en que cuando las coas van bien el banco debe prestar menos y cuando van mal hay que pedirle menos recursos para que pueda prestar más.
Satrústegui habla de un mundo muy interesante cuando se refiere a las fintech. Dice que Abante está “apotando muy seriamente por ofrecer soluciones baratas y accesibles sin una inversión mínima”.
Santiago Satrústegui define Abante “casi como una universidad”. Se contrata a arecién licenciados y se los forma en la empresa. Asegura que er capaces de transmitir las ideas fundacionales a la siguiente generación es su planteamiento ideal porque, asegura Satrústegui: “eso consolidaría la independencia”.
Santiago Satrústegui ve la vida como un conjunto, un todo. Pero tiene claro su refugio el día a día: un necesario retorno a la naturaleza.