Si hay un problema inherente a los deportes electrónicos ese es el de la inestabilidad de los equipos y sus alineaciones. Constamente tenemos que explicar que debido a numerosos factores no es infrecuente anunciar cambios, fichajes, disoluciones y reagrupaciones.
Es algo difícil de solucionar a largo plazo y por ello las competiciones deben comprender estas situaciones y amoldarse a ellas. Por ejemplo, la Liga de Videojuegos Profesional (LVP) ya funciona desde sus inicios con un sistema de dos temporadas al año ya que se considera muy difícil que un equipo perdure inalterado durante todo un año. Sin embargo se ha demostrado que esto no es suficiente para garantizar la estabilidad, de ahí el origen de la gran renovación de sistema competitivo en la Temporada 8 de la Liga.
Hasta ahora existían casos en los que un equipo de reciente creación, si llegaba en forma a los últimos meses, podría llegar a proclamarse campeón de liga. Con el nuevo sistema de tres sprints será necesaria una mayor constancia durante cada fase de la temporada. Al terminar cada sprint de mes y medio los equipos de la máxima categoría deberán pasar un examen, ya que los que menos puntos hayan acumulado descenderán y tendrán que luchar para volver a subir en el sprint siguiente perdiendo muchos puntos en el camino.
Esto significa que si un equipo se relaja, se deshace o su calidad cambia radicalmente por un cambio de jugadores, veremos ese desempeño reflejado directamente en la competición en curso, dando oportunidades a los que más las merecen. Al finalizar los tres sprints que componen una temporada, los que hayan sumado mejores actuaciones en total serán los que consigan el pase a la Final Cup de Gamergy.
Resumiendo, lo que en temporadas anteriores podía parecer una carrera de seis meses ahora lo será de tres de un mes y medio cada una. La constancia será vital pero si ocurren imprevistos en la parte alta siempre existe la posibilidad de venir desde abajo y conseguir alcanzar la final sin tener que esperar hasta la siguiente temporada para conseguirlo.
Ahora la máxima categoría está al alcance de cualquiera que consiga escalar lo suficiente en el ranking abierto, y se darán casos en los que equipos de menor calidad individual puedan estar en lo más alto si tienen constancia y consiguen permacener juntos y enfocados a ese objetivo. En la octava temporada de la LVP vamos a descubrir muchos más jugadores de la cantera y sabremos diferenciar mejor a los equipos que merecen permanecer en las primeras posiciones.