El nuevo Call of Duty gusta más
Es sencillo comprender por qué Call of Duty saca un juego nuevo cada año provocando la migración de toda su base de aficionados. Es por la misma razón que suelen llenarse las carteleras de películas de acción, de esas con efectos especiales caros y que en los últimos años han sido protagonizadas por superhéroes del cómic. Es quizá una necesidad de buscar entretenimiento emocionante cuando llega el mal tiempo.
Call of Duty ofrece una campaña peliculera, con un guión muy poco enrevesado y que sirve para justificar la ensalada de tiros con unos gráficos cada año más espectaculares. Y cuando eso termina puedes llevar lo aprendido a las arenas del multijugador, el sitio donde todo encaja y suma para ofrecer una experiencia divertida durante muchos meses.
En Advanced Warfare los desarrolladores Sledgehammer han sabido aprender de los errores y se puede decir que en general han tomado mejores decisiones que Infinity Ward, los creadores del anterior. El acierto ha sido reconocer sin complejos lo que ha gustado de viejas entregas, replicarlo con gusto y aportar novedades simples y radicales.
Cosas que han funcionado antes y que vuelven con este nuevo CoD: mapas multijugador pequeños, fáciles de aprender y sin demasiados recovecos. De esa forma tenemos que esperar menos para encontrar acción y también es más complicado quedarse parado con un francotirador esperando a lo lejos. Más cosas, es un poquito más difícil conseguir bajas. En Ghosts con ciertas armas automáticas se podían conseguir bajas a grandes distancias con dos balas, en Advanced Warfare esto es menos común, siendo lo habitual tres o cuatro disparos para hacer el mismo daño.
Hay más, como el retorno de modos como Tomar la Bandera y Punto Caliente, pero son todos pequeños detalles que no caen en los errores del pasado. Con aquellos mapas tan grandes aumentaba exponencialmente la dificultad y el hecho de que ahora se necesite más daño para eliminar un enemigo resta aleatoriedad a los enfrentamientos directos. Casi todo lo que se ha replicado de antiguas entregas es acertado, tanto en el apartado técnico como en el jugable.
En cuanto a las novedades, son importantes sin llegar a romper la esencia. El famoso nuevo salto aporta verticalidad, más capacidad de escape y más creatividad para entrar en combate, pero no va más allá. Seguiremos viendo mucho juego a ras de suelo prestando mayor atención a lo que puede aparecer alrededor. Los nuevos modos de juegos aportan frescura aunque difícilmente llegarán al plano competitivo. En general hay buenas ideas que van acorde a la tendencia de los shooters de nueva generación.
Los jugadores están disfrutando con Advanced Warfare de una forma parecida a cuando apareció Black Ops 2, pero este nuevo CoD tiene calidad para forjarse una personalidad propia que pronto sabremos si será recordada. Actualmente todavía existen puntos a mejorar, como la calidad de la conexión en el multijugador y el balance de algunas armas, pero si Activision sigue actualizando y dando soporte a su nuevo juego podemos estar ante uno de los mejores CoD de los últimos años.