Cuando en ciertas ocasiones surge el debate sobre las competiciones mixtas en los deportes electrónicos es habitual encontrar opiniones contrapuestas. Por un lado los hay que defienden crear una categoría para cada género. Por el otro estamos los que entendemos que el 'statu quo', en el que no hay limitaciones de sexos, es lo correcto ya que no encontramos desventajas físicas ni de otro tipo que impidan a las mujeres competir en igualdad contra los hombres.
Sin embargo a veces olvidamos uno de los problemas estructurales en internet, la intolerancia. Tras el anonimato, no son pocos los que muestran su verdadero ser y airean opiniones que jamás expresarían ante familiares o amigos. En el caso de la intolerancia de género se hace aún más evidente el desprecio que pueden sufrir algunas personas por parte de completos desconocidos.
Pero al convertirse en una estrella de los eSports se alcanza un estatus público, y estas actitudes irrespetuosas impiden una integración higiénica de individuos de cualquier condición en este nuevo deporte.
Esta semana hemos conocido uno de los casos más llamativos y, en mi opinión, tristes, de esta realidad tóxica en la que habita el debate en internet. Maria Creveling ‘Remilia’, una mujer transexual de EE. UU., ha alcanzado el sueño que persiguen millones de jugadores de League of Legends en el mundo: clasificarse junto a su equipo para la LCS, la Champions League de este juego. Con la clasificación Remilia podría disfrutar al menos seis meses de un buen salario mientras compite contra los mejores jugadores americanos. Pero entre las obligaciones está jugar dos partidos semanales ante las cámaras, y ésta es la parte en la que Remilia no quiere verse.
Remilia desde el principio ha pedido que no se muestre su rostro al público en ningún momento. Apenas pueden encontrarse imágenes suyas en internet y por eso yo tampoco voy a ilustrar este artículo con ninguna. Sin embargo, durante el partido en que su equipo consiguió la comentada victoria la cámara frontal que hay para cada jugador fue puesta en el programa durante unos breves segundos. En ese momento miles de personas inundaron el chat adjunto de comentarios entre los cuales por supuesto se encontraban numerosas ofensas. Los moderadores tuvieron que emplearse a fondo e incluso algunos representantes de la liga entraron para pedir calma.
De todas maneras Remilia hacía mucho tiempo que había tomado la decisión de abandonar el equipo si conseguían el pase. Sabía de las consecuencias al convertirse en uno de los 50 mejores jugadores del país, y supuso acertadamente que su condición le iba a generar momentos desagradables como el de esta semana. Su abandono es, en mi opinión, una de las pérdidas más trascendentales en la breve historia del deporte electrónico. Y los motivos por los que se produce una de las mayores vergüenzas.
A pesar de la preocupante situación existe un contrapunto ideal para lo sucedido esta semana con Remilia. La canadiense Sasha Hosting, también transexual y cuya imagen encabeza este artículo, es más conocida por su nick ‘Scarlett’ y por ser una prodigiosa jugadora de la raza Zerg en Starcraft 2. Recordemos que este el juego más exigente y agotador para el que busca competir al máximo nivel.
En su caso procuró no hablar demasiado de su condición, consciente de lo que eso acarrearía, y fue su juego lo que más llamó la atención del público, además de que era una chica. Que una mujer tratase de tú a tú a jugadores del máximo nivel americano fue destacable, pero que también lo hiciese con jugadores asiáticos era excepcional para cualquier occidental.
Por supuesto su condición trascendió. Scarlett tuvo que admitirlo y leer decenas de comentarios sobre ello más que los relacionados con su estilo de juego. Sin embargo en su caso asumió que no podría cambiar eso por sí misma y siguió compitiendo aunque se viese obligada a soportar un importante grado de intolerancia. En cierta entrevista le preguntaron:
- Has reconocido voluntariamente que eres transexual y por ello se ha generado un revuelo sobre tí fuera del juego. ¿No te molesta esto?
- Un poco, pero era lo esperado. Este tipo de reacción hubiese ocurrido en cuanto se supiese mi condición así que tampoco me fijo en eso.
Scarlett asumió la intolerancia con normalidad, lo cual no deja de ser llamativo. Se coloca una coraza en forma de resistencia pacífica en la que ella seguirá recibiendo ofensas de los que no quieren aprender ninguna lección. Por suerte Scarlett sigue compitiendo, acumula un gran palmarés y es historia viva del Starcraft, pero no podemos hacer menos que solidarizarnos y revelarnos ante las actitudes intolerantes que probablemente siga soportando a diario.