Algunas definiciones provenientes del mundo del deporte electrónico pueden resultar difíciles de comprender. Hoy os explicaré un concepto muy importante en los juegos competitivos. Hablo del metajuego, o “meta”, que define la forma óptima de conseguir victorias. Vayamos punto por punto.
No puede hablarse del meta sin explicar antes qué es el balance de un videojuego. Balance es que en el Street Fighter todos los luchadores tengan las mismas posibilidades objetivas de ganar una partida. O que en Starcraft no exista una raza con más porcentaje absoluto de victorias. Balancear un juego es una de las fases más complicadas y en numerosas ocasiones veremos que encontrar un balance justo es imposible en algunos juegos.
Pensemos por ejemplo en un juego de fútbol o de Fórmula 1. Es evidente que no tendremos las mismas posibilidades de ganar si escogemos a un equipo de segunda división. Lo mismo pasa si elegimos una escudería entre las más lentas de la F1. También sucede lo contrario, tendremos más opciones de conseguir la victoria si elegimos a los mejores equipos de fútbol y los coches más rápidos. Y es aquí donde está el protagonismo del metajuego.
Podemos simplificar la definición de meta si decimos que el metajuego es todo aquello que se puede hacer o escoger en un videojuego para ganar ventaja de cara a conseguir la victoria. Por ejemplo en los FIFA de los últimos años escoger al Real Madrid era casi una obligación para la mayoría de jugadores expertos. Y si jugamos a la edición 2013 del juego de Fórmula 1 es evidente que tendremos ventaja si decidimos correr con un Red Bull.
Eso es metajuego, escoger lo más “desbalanceado” por lo poderoso que resulta. Pero no acaba aquí la definición. El meta va mucho más allá en los juegos donde encontremos un buen balance entre todos los factores. Es en estos videojuegos en los que vamos a encontrar un verdadero desafío competitivo, donde los jugadores deben desarrollar un meta óptimo para ganar sus encuentros y hacerlo de forma reproducible en múltiples partidas.
¿Cómo componemos un equipo de League of Legends, qué jugadores van a cada una de las líneas? ¿Qué personaje me conviene aprender en un juego de lucha para no tener una gran desventaja ya de inicio? ¿Cómo debemos afrontar de manera óptima una situación en la que tengamos que defender el resultado para evitar una remontada? Todas estas preguntas las resuelve el meta, y éste lo crean únicamente los jugadores.
La parte más curiosa de todo es que frecuentemente los propios creadores se esperan a ver a los jugadores para hacerse una idea del meta de su propio juego. De nuevo están poniendo herramientas en las manos de personas muy experimentadas y que serán capaces de sacar jugo a cada una de las mecánicas disponibles. Y no será hasta que lleguen las competiciones donde se descubrirá cuáles son las propuestas tácticas de los mejores y cómo afecta eso al resultado de los torneos más importantes.