El dopaje también tiene su versión en el deporte electrónico
El mundo de la alta competición ha estado salpicado frecuentemente por escándalos relacionados con el dopaje. El hecho de que un deportista sea capaz de inocularse sustancias prohibidas para tener ventaja sobre sus rivales siempre ha generado rechazo en las competiciones y entre sus seguidores.
Por desgracia los deportes electrónicos no están libres de esta terrible lacra. Y no nos referimos a que existan sustancias que puedan alterar significativamente el rendimiento de los jugadores. De hecho lo máximo que puede llegar a consumir un jugador para mejorar es una simple bebida energética, y evidentemente éstas no están sujetas a ninguna restricción. Hablamos de la presencia de los llamados 'trucos', programas informáticos que alteran el comportamiento del videojuego y proporcionan importantes ventajas a los jugadores que los utilizan y que son comúnmente conocidos como 'chetos', palabra derivada de la inglesa 'cheats'.
Estos trucos están obviamente prohibidos por todas las competiciones y su utilización está sujeta a sanciones muy severas como puede ser la expulsión de por vida en el caso de algunas ligas. Al utilizarlos se pueden obtener ventajas como poder ver a los enemigos a través de paredes u objetos, automatizar procesos que deberían realizarse de forma manual, y otras numerosas opciones que evidentemente no están disponibles con el juego inalterado.
Es muy complicado blindar un videojuego contra estos programas. De hecho incluso las grandes compañías no encuentran fácil detectar a los usuarios de trucos porque existe una importante comunidad desarrolladora que es capaz de diseñar estos programas de forma que su detección sea prácticamente imposible. Cada día miles de jugadores consiguen jugar con los trucos puestos, y en algunos casos les ha resultado muy sencillo conseguirlo, y gratuito.
Hay juegos y plataformas más robustas que otras. Por ejemplo los juegos de consola son prácticamente imposibles de ser alterados. Al ser sistemas cerrados, las consolas ofrecen la seguridad de que si alguien quiere tomarse la molestia de utilizar trucos le va a resultar extremadamente complicado y caro. Sin embargo el problema principal llega con los juegos de PC. Juegos como League of Legends o Starcraft pueden ser alterados para tener, por ejemplo, visión completa del mapa. Pero en estos casos es fácil detectar si un jugador 'parece que sabe demasiado'.
Sin embargo donde el problema se encuentra más enquistado es en los shooters, especialmente en Counter-Strike: Global Offensive (CSGO). Muchos son los que casi a diario piden más competiciones y premios para CSGO, sin embargo es con diferencia el juego competitivo más débil ante las infracciones de las que estamos hablando. En apenas diez minutos cualquiera puede localizar e instalarse un 'wallhack' indetectable, es decir un programa que nos va a permitir ver a los enemigos a través de las paredes. Esta sencillez choca frontalmente con la fiabilidad y legitimidad de casi cualquier competición que se juegue de forma online.
Y no estamos diciendo que estemos poniendo la venda antes de la herida. Frecuentemente se destapan jugadores de CSGO que han competido utilizando trucos o que al menos son descubiertos practicando con ellos. Es una lástima que el que quizá sea el shooter más apropiado para la competición siga adoleciendo de los mismos problemas que ya tenía a comienzos de siglo. Y más grave aún es que sigan existiendo jugadores que resten importancia a la utilización de estos programas y sigan consiguiéndolos (o comprándolos) de una forma tan insultantemente sencilla.
Mientras no se consiga acabar con este problema juegos como CSGO nunca alcanzarán el éxito que se merecen a nivel competitivo. La sombra de la sospecha siempre aparece alrededor de los jugadores que de pronto alcanzan una gran calidad o que únicamente son capaces de tener buenas actuaciones en las partidas por internet, nunca en las presenciales.
Si alguna vez te preguntan por qué se compite más en unos juegos que en otros podrás decir que esto ocurre entre otras cosas porque no es nada fácil, o casi imposible, utilizar programas que te den ventaja en las partidas.