La reflexión que pretendo hacer yo creo que es compleja, y puedo estar perfectamente equivocado. Es lo que yo pienso en este momento y si no tengo la razón, me encantaría no tenerla en este caso. Hemos hablado de psicópatas, nos da miedo el psicópata porque se ha convertido en un icono del terror. Siempre pensamos que es el otro, que son casos aislados, siempre que pasan muchas cosas dicen que es un caso aislado que es una forma de tranquilizarnos.
Yo pienso que hay algo psicopático también en la sociedad. Podíamos titular esta reflexión, la sociedad psicópata. Me cuesta decirlo porque todos somos parte de la sociedad, pero hay que gritar las cosas. Cosas que me preocupan y que no preocupan a muchos que nos mandan. Llega un informe de Reino Unido que me parece preocupante, dice que hay niños entre siete y ocho años que ya consumen los contenidos pornográficos más duros, no pornografía normal sino con vejaciones, violencia, etc. Y ¿por qué? Porque está al alcance de un tecla. Nunca en la historia había sido tan sencillo con una tecla acudir a tal riada de cuestiones tan oscuras, y parece que a nadie en las altas esferas le preocupa. En la mente del niño, y en la del adulto, le puede hacer cambiar los conceptos en temas de sexualidad, el afecto, el consumo obsesivo de esas cosas, pero la salud mental hay que cuidarla. Es una herida que te va a provocar problemas serios.
¿Ustedes han visto algún partido político aquí en España que hable de la protección del niño en la red? Para los niños de siete, ocho años, se sabe científicamente que es una bomba atómica de consecuencias no positivas precisamente. Y enseguida aparecen con la revuelta de la libertad. Yo desde luego quiero que los niños del futuro sean mejores que nosotros, que tengan la información pero a ser posible con menos traumas, taras y menos frustraciones y represiones que nosotros. Los que saben, no yo, dicen que esto es un peligro.
Veo que nadie se preocupa por esto. De algo tan superfluo como el futuro del cerebro de los niños nadie se preocupa. Tantos necios que sólo piensan en su consumo personal, en satisfacer sus instintos más primarios, no están pensando que hay otras generaciones que nunca como ahora ha habido esto. Siempre ha habido la pornografía y la violencia extrema. ¿Cuánto dinero hay en juego? Ni mu. Esto nada, esto no importa.