"Lo que les puedo decir es que hemos querido mostrar cómo personas normales y corrientes siguen contando cosas extraordinarias. Y, al mismo tiempo, que cuando ustedes ven un reportaje de 'Cuarto Milenio', muchas veces interpretado por el mismo equipo que están contemplando, simplemente, están contando la verdad. Cuando hay un acierto impresionante, cuando hay una voz increíble, cuando hay una imagen que no podemos explicar, les doy mi palabra de que ha sido así. Qué solución televisiva más enorme, después de 25 años de secreto y tabú en este lugar, montar aquí un gran tinglado y que ustedes vieran voces, fantasmas y que vieran de todo. Pero hay algo por encima del espectáculo televisivo para nosotros y es la fe absoluta de lo que hacemos.
Sabíamos que si no ocurría nada íbamos a contarles eso, que hemos intentado todo pero aquí no se ha presentado. Quizá porque solo la sensibilidad de Paloma puede captar algunos ecos del pasado, pero el resto del equipo, prácticamente, no hemos podido atrapar el misterio. Era una ocasión inmejorable, pero lo hemos transformado en la sensación de que este equipo, simplemente, cuanta lo que ve, transmite lo que sale al paso, lo que puede enganchar de ese ámbito del misterio. Un misterio que hemos querido reivindicar para ustedes en una noche especial, la noche de ánimas. Porque poco a poco se deja de creer en algo importante", ha reflexionado Iker Jiménez.