“Hace unas pocas semanas me encontraba cenando en un restaurante de Toledo con un buen amigo. Éste me contó que en ocasiones le preguntan por el libro que escribí hace años llamado ‘Camposanto’. Hacía mucho que no recordaba yo la historia de mi libro pero me quedé totalmente sorprendido y os voy a decir por qué; de repente me di cuenta que nos encontrábamos en el restaurante en el que me había inspirado para contar la historia.
Casualmente al día siguiente me llegó una carta desde Alemania en la que me pedían que reeditar el libro, aquel libro que me lo pasé tan bien escribiendo, fue una experiencia increíble. Han pasado 12 años y no he vuelto a leer la novela, pero es un libro apasionante que me va a perseguir toda mi vida.
Lo que tengo claro es que es un libro que no va a leer mucha gente, hablo con escritores de lo mal que está el asunto. Ahora, con el mundo digital los libros han pasado a un segundo plano. La velocidad a la que viaja la información hoy en día está muy bien, pero es algo pasajero, a mí personalmente se me olvida todo.
Con esto quiero lanzar un claro mensaje: hay que apostar más por el libro, por la autoedición, por eso envío abrazos y ánimos a todos aquellos escritores anónimos, no profesionales, que escriben por puro placer. Tanto leer como escribir, en el viejo idioma de los libros, sigue siendo una historia apasionante.
Hasta dentro de siete días,
IKER J.