El cierre de Iker: "¿Por qué admiramos la picaresca de la vida cotidiana y nos quejamos de la corrupción de los otros?"
"Hace unos días, cuando Carmen y yo fuimos a recoger a nuestra hija, vimos a un tipo vestido normal que se acercó y, se acercó a comentarnos que había sido compañero nuestro. De repente, con un gesto que me conmovió, me dijo que su mujer había fallecido y que su hija estaba tetrapléjica. Uno se queda desalmado y culpable por no reconocerlo. El hombre nos dijo que si le podíamos dejar 50 céntimos para volver a Toledo a ver a su hija. Somos un pueblo que igual que tenemos la chispa y la genialidad, también tenemos esto. Nos quedamos con la mosca detrás de la oreja, cómo alguien va a bromear con la muerte de una hija. Estaba buceando en internet y veo un titular: El timador de las estrellas de televisión. Un hombre que, contando la misma historia, aborda a tertulianos que salen en la tele.