Alguien en un camino solitario, en pleno día, en la zona sur de España ve un extraño ser que cruza la carretera. Aquella visión, un instante que quedó en las capas profundas del cerebro de un doctor y que volvía en sueños. ¿No es esto una sensación de trauma? ¿Dónde se alojan los encuentros con el misterio?
Cuando vienen testigos de este tipo de casos yo les observo muy bien. Se produce un primer impacto de encuentro entre ellos y el presentador. Yo siempre les digo para calmarles que aquí estamos entre amigos. Se producen esos primeros minutos de tanteo y, cuando entramos en el proceso narrativo de lo que vieron, yo soy perfectamente consciente de que se produce un 'click' en sus cerebros.
El testigo ya no está en plató, está en el lugar de los hechos y olvida donde se encuentra físicamente. Yo percibo en ellos un cambio, ya no les está hablando el recuerdo.
En estos momentos estoy de mudanza, y en las mudanzas ya se sabe lo que pasa. Descubres cosas especiales, objetos y pequeños recuerdos de los cajones te transportan a momentos intensos que ya creías olvidados. ¿Cómo funciona el cerebro? ¿Por qué algunas cosas se han quedado grabadas? No tengo duda alguna de que lo misterioso pertenece a ese mismo espacio. Quien presencia algo extraño lo almacena en ese mismo lugar.
Hoy puede que les esté contando mi gran secreto y es que, después de miles de entrevistas, sé perfectamente cuando alguien me miente. Cuando el testigo deja en un segundo plano la televisión, el presentador y todo este espectáculo y se vuelve a transportar a ese momento, ahí es cuando noto que me están contando la verdad.
Hasta dentro de siete días.
Iker J.