El cierre: ¿Qué ven los niños de pequeños?
Hoy nos preguntamos ¿qué ven los niños en una franja de edad temprana? No hay quedarse sólo con aquellos que contemplan o denuncian una serie de hechos muy espectaculares o visiones. Cualquier niño en esa franja es capaz de vivir en un mundo de fantasía, o que nosotros los adultos consideramos fantasía. Porque quizá no tengamos otra forma de calificarlo o de entenderlo. Ahora que tengo una niña de menos de dos años, la observo y contemplo su misterio a diario. Me doy cuenta de que su magia y el poder de su mente y sus reacciones no condicionadas por el qué dirán, les hace unos seres excepcionales.
Mucho más de lo que imaginábamos. Yo no sé si fui también así, seguramente todos habremos sido así. Pero ahora, contemplándolo desde fuera, me doy cuenta de lo maravilloso que es esa franja de la que sabemos muy poco. ¿Por qué la mente si está tan preparada en el niño no recuerda nada? ¿Por qué no recordaremos lo que ocurrió cuando nacimos? Hay quien dice que mantiene ese instante del pasado en la mente.
Tengo algunos amigos que me contaban como a los dos años y medio su hija les recordó que estaba en la barriga de su madre, simulando la posición. En el fondo, como no sabemos controlarlo ni medirlo, ni se puede llevar a un laboratorio a analizarlo, el mundo del niño y su fantasía sigue siendo una especie de período fascinante y diferente al resto. Pero yo me quedo con algunos datos más, he revisado para documentarme y me he vuelto a quedar sorprendido. Recuerdo muy bien a Carl Sagan, cuando vi hace años un reportaje que me impresionó muchísimo.
Carl Sagan, gran divulgador científico, para intentar ilustrar cuántas galaxias y cuantas estrellas con posible vida podía haber en un universo, iba a una playa y cogía un puñado de arena. Entonces uno veía que en ese puñado de arena había un sinfín de granos. Pero Carl Sagan decía que no era ese puñado sino toda la playa. Toda la playa son mundos, son planetas. Yo he dado un número al inicio del programa, son mil trillones de conexiones neuronales en la mente del niño.
Mil trillones de sinapsis, de momentos mágicos que chispean y se conectan las neuronas y surgen nuevos pensamientos y conocimientos. Se está produciendo una especie de trasvase de información mágica, se está relacionado con el entorno de una forma que nunca podremos hacer en nuestra historia. Nuestro cerebro es muy viejo comparado con el cerebro en expansión de un niño pequeño. Qué extraño, debería ser al revés. Algo que imaginamos casi vacío y que hay que llenar de cosas. Repito la frase de aquel sabio: “qué sabía yo al nacer, lo sabía todo pero me he ido olvidando con el paso de la vida”.
Da la sensación de que en esa franja somos muy diferentes. Mil trillones es incalculable, no hay nada que contenga mil trillones. Quizá sí, los granos de arena de casi todas las playas del mundo. Pues los mil trillones están dentro del cerebro. No hay nada tan parecido, el universo y el cerebro del niño. Y yo me pregunto, ¿sólo se debe a la evolución? ¿Dese cuándo hay vida en el planeta tierra? Los científicos dicen que desde hace 600 millones de años. ¿Desde cuándo somos humanos? Más o menos desde hace cinco millones de años.
Los que explican la evolución por una serie de cambios y azares me quieren decir que hay mil trillones de conexiones en el cerebro de un niño, de cualquier niño y que eso simplemente es azar que se ha producido en dos millones de años. En el cerebro de nuestros hijos hubo un número incalculable, y eso no casa con lo que sabemos de la evolución. Y sé que es políticamente incorrecto, pero me da igual porque es lo que creo. Llego a eso por haber hecho el número.
El universo dentro de la mente del niño. El universo se va empobreciendo y limitando, vamos siendo peores. No es cuestión de vejez sino de interconexión neuronal. Los especialistas lo llaman plasticidad cerebral. Nunca tendremos la misma plasticidad que cuando somos niños. Por eso el aprendizaje del lenguaje y por eso muchas cosas.
Con ese cerebro poderoso y lleno de energía y facultades, ¿será que los niños están viendo otras capas de la realidad? ¿Será que sus cosas las vemos como tonterías de niños? ¿Resulta que ese cerebro está contemplando un mundo que nosotros ya somos incapaces de contemplar? ¿Resulta que el más hondo de los misterios de la realidad lo saben los niños pero no lo recuerdan? ¿Si alguien ha estado cerca del misterio, por qué no lo recuerda? ¿Quién hizo este juego evolutivo tan extraño? ¿Todo es cuestión científica y de azar?
Para mí no hay tiempo, no casan los números cuando contemplamos que hay mil trillones de posibilidades mágicas en la mente de un niño, algo falla. Algo no está bien contado. Algo es más milagroso de lo que creemos y a mí me encanta, ¿y a ustedes?
Hasta dentro de siete días amigos…