Hace algún tiempo les hablé de un libro, “La desaparición de la niñez”, del sociólogo Neil Postman, en esta cruzada de los tiempos que corren a favor de los niños, sus derechos y su luz, en un mundo tan de sombras. Les hablaba de ese libro, del año 82, donde se dibujaba, como una profecía, que queremos que los niños sean adultos.
Esa tendencia de que queremos que los niños sean, cada vez más, mayores. Y ahora estudian los sociólogos que, en esos niños a los que se les ha usurpado la inocencia, se produce el síndrome de Peter Pan. Ese niño al que el sistema le ha hecho querer en seguida dejar de ser niño y consumir como adulto y es un proceso a la inversa, rebote. De adulto se “niñifica”. Cada vez hay más personas que no quieren responsabilidades ni fidelidades en su adultez. Nos lo dice el sistema. El gran mensaje sería: “haz lo que desees, tus deseos son lo único que importa”. El más exitoso, el más popular, el más famoso…. No hay componente moral por encima de los deseos de uno. Estamos en la sociedad de la egolatría. “Yo, yo, yo”. Y eso se mantiene en personas que tienen hijos. Y lo mejor que puedes hacer en tu vida es hacer feliz a tu estirpe, y es muy difícil. Los niños molestan al sistema. Modelos que se operan justo después de dar a luz, la moda de no tener apenas tripita, gente que programa el parto para que la tripa no aumente…. Estamos cambiando las leyes más sagradas de la naturaleza.
Los comportamientos de adultos niños: compromisos, cero. Eso germina porque los padres justifican todo. Me decía Miguel Ángel Ruiz que, en los últimos 25 años, con la llegada de internet, la sociedad va mucho más deprisa. Y se hacen cosas buenísimas, pero tiene un lado oscuro que va contra natura de lo que somos. Según los sociólogos, en este síndrome de Peter Pan, de no querer crecer, de “yo yo yo yo”, y lo demás secundario, el lema es: “haz lo que te plazca”; curiosamente muy parecido al lema de los satanistas. “Haz lo que te plazca porque para eso estamos aquí, para satisfacer nuestros impulsos”. Cuando el sistema confluye o es paralelo a algo que parece inmoral, tenemos un gran problema. ¿A dónde vamos? Lo más importante, ¿ustedes que piensan? ¿Podemos cambiarlo? ¿Reflexionando, pensando, con mensajes, con conciencia, indignándonos y avergonzándonos, no mirando para otro lado?
Hasta dentro de siete días, amigos.