El cierre de Iker: "El misterio es esquivo"
Termina ya prácticamente este verano que se nos está escapando de las manos y yo he vivido algunos acontecimientos que son interesantes, por lo menos para mí, espero que para ustedes, como digo siempre, también.
Ha sido un verano misterioso y, si he aprendido algo en todo este tiempo detrás del misterio es que este aparece cuando le da la gana y habitualmente no es, como hemos contado mil veces, cuando uno lleva 20 cámaras y la mejor tecnología a un sitio. A él le da por ser esquivo. Las veces que el misterio se ha presentado ante mí, de forma más gráfica, han sido inesperadas, y ha vuelto a pasar; les voy a contar solo uno de esos misterios, porque si no es que no me van a creer, claro.
Estaba yo con Carmen y con mi hija en una zona concreta de Ibiza, la zona rural, un abrazo para mis amigos de Atzaró, un lugar muy especial, y pasó algo. Pasó que se incendió, pero no nos enteramos, estábamos en una zona un poco alejada y al día siguiente supimos que se había incendiado, ¡pero con unas llamaradas…! Una parte, ya es mala suerte, aunque a nosotros no nos afectó. Y ocurrió algo. Después de ese incendio me entero, una persona de prensa de ese lugar me viene todo azorado, porque estábamos en pleno relax, por decirlo así, y me dice “oye Iker, ha venido una persona que hace una revista que se llama 'Tanit', aquí en Ibiza….- es una revista local, hecha con mucho esfuerzo, yo la conocía-.
Una persona hace una revista, la imprime, busca la publicidad como puede, intenta meter historias, leyendas, de una isla bastante… -la fama que tiene Ibiza no tiene mucho que ver con su historia ancestral, con sus tradiciones y con la Ibiza desconocida, no la eclipsada por las fiestas que ustedes ya saben , porque es una isla con 3.000 años de misterios-. Bueno, y me dice este hombre, “ha venido porque ha dejado unas revistas y, claro, le he contado que estás por aquí", y el hombre con rubor, de cortar mi asueto con mi familia, yo en bañador. “Si bajases a la recepción a saludar a este hombre….” Y cuando yo supe que era una persona que en el tiempo de internet está haciendo su revista él solo, con sangre sudor y lágrimas, ¿cómo no vas a bajar a verle y vas a animarle? y yo le decía a este hombre, a Jorge, que fue muy emocionante el encuentro, no nos conocíamos personalmente, cómo no iba a bajar a ver a alguien que viene no sé si son seis o nueve kilómetros andando. Venía andando con cuarenta revistas, a pleno sol, desde otro pueblo, solo para dejar las revistas allí.
Y entonces me acordé de mí mismo, cuando yo hacía un boletín, los amigos de aquella época hacíamos boletines del misterio, les hablo de hace 25 años y los metíamos en sobres, íbamos al apartado de correos y los dejábamos ahí y hacíamos 20 revistas y compartíamos las revistas con otros 20 amigos. Es decir: era un entusiasmo a prueba de bombas. Que en el 2016 me cuentan que alguien viene durante 9 km con 40 revistas solo para ver si puede conseguir un poco de publicidad para seguir haciendo una revista de misterio, bueno, tiene toda mi confianza porque es la muestra de que sigue habiendo gente que es capaz de todo. A las cuatro de la tarde, 38 grados, pero el entusiasmo te mueve, no tengo la menor duda. Y estando ahí con el amigo Jorge, me cuenta la segunda parte del incendio misterioso: todo se quemó.
Imagínese una lavandería, cerrado, un bloque, calcinado, llegó a una temperatura tremenda, se había derretido la madera... pero, me dicen, tienes que ver algo. Claro, mi amigo, ya le encuentro la revista, que había pasado algo, yo alucinaba, parecía todo montado, pero era lo que estaba ocurriendo, así es el misterio. Nos vamos allí todo tóxico porque todo estaba muy incendiado, había ardido la tela, habían ardido materiales de lavandería que son químicos potentes y lo que os voy a contar es cierto. Y no sé si les gustara a mis amigos de allí o no pero yo tengo que contarlo había solo una cosa que se había salvado, ¿saben el qué?
Un Cristo. De papel. Y yo hice fotografías, en mitad de toda la negrura de un cuarto tipo sótano calcinado hasta el techo, que habían ardido hasta las camas de arriba, el papel , una especie de pequeño cartón muy fino con un cristo que venía de Ucrania se había salvado. Intacto, nadie lo entendía. Entonces yo quise hablar con la jefa de las gobernantas de lavandería, que vino muy emocionada, y digo, oiga, esto será una casualidad, pero vaya casualidad! Se ha quemado todo, ha ardido todo en este hotel menos el Cristo.
Y me cuenta que cuando las chicas de la lavandería fueron, ya fueron corriendo a ver directamente el Cristo y todas se arrodillaron ante lo que parecía, no sé si un milagro o una gran casualidad, usted piense lo que quiera, pero desde luego era llamativo. Y me dijo “no, no, pero es que en 2012 hubo otro incendio, ardió todo, como muestran las imágenes, y solo se salvó una cosa: el cristo del papel. Sin marco, sin cristal, sin nada. Como es posible? Yo no lo sé. Pero ahí estaba.
Cuando a esta gobernanta de la lavandería, de Ucrania, muy fervorosa, yo le contaba que precisamente en Ucrania hay toda una tradición de los iconos que se salvan del fuego, hay toda una tradición mística de lugares que son afectados por un rayo y se salvaba solo el típico icono dorado de esa pintura de tipo pre soviético. Bueno, pues eso lo he vivido yo. ¿Qué es? No tengo ni idea. Me quedé sorprendido, imagínese el amigo que venía con las 40 revistas nueve km que me conocía en ese momento, que era seguidor del programa y que colabora con el programa, y que encima pasa el misterio. Así es, cuando menos se lo espera. ¿Existen los milagros en 2016? ¿Tiene que ver que sea el Cristo? No lo sé. Piénsenlo ustedes. Vaya historia, ¿eh? Y no es la única, les contaré alguna más.
Hasta dentro de siete días, amigos.