El cierre de Iker: "Gracias porque ustedes me han permitido vivir de mi pasión"
Les hablo ya desde una respetable atalaya de los 44 años y al cumplirlos por la mañana en la ducha me puse una canción de Alberto Cortez que para mí es muy poderosa. Uno nunca puede calcular que puede pasar con su vida ni al día siguiente. También pienso que lo importante no es vivir grandes espacios de tiempo, sino que a uno le guste lo que hace, la fórmula secreta para mí, para estar con ustedes doce años después.
Me he preguntado muchas veces el porqué de esa confianza. Creo que es el entusiasmo, que no tiene que ver con los que comunicamos; es usted que trata de hacer lo que hace de la mejor forma posible. Mantenerlo a veces no es fácil, todos tenemos nuestras subidas y bajadas. Echando la vista atrás, estaba todo por perder, tabú para muchos, irritante para otros… me he sentido toda mi vida en volandas, de algo que me ha hecho ser inconsciente. Me llamaban mis compañeros y me preguntaban cuál era mi gran defecto. Yo soy obsesivo, pesado, poco definido, inconstante, poco valiente, egoísta… utilizo esto como diván con ustedes ahora mismo. Los que me soportan lo saben. La balanza se equilibra, he sido muy poco hábil socialmente, se lo aseguro, a veces muy rudo en el trato. Pero al otro lado, de las pocas virtudes está el amar lo que uno hace. Y ese sería mi único consejo para alguien que también cumpla años a mitad de la vida, como dice Alberto Cortez. Es muy raro que sobre todo en televisión ustedes permitan que este diálogo continúe.Yo cada vez pienso más en la suerte, por eso les dije un día que todas las noches de mi vida doy gracias a algo, siendo consciente de que algo ha pasado para que ustedes me sigan soportando.
Creo más en estos temas que antes, ustedes me han permitido vivir de mi pasión, y eso no es nada fácil. Cuando uno no tiene entusiasmo, me da la sensación de que están un poco muertos. Ves algo marchito, aunque tengan mucho dinero. No he conocido durante mucho tiempo un día libre, las vacaciones… ¿Cuándo desconectas?, me dicen. Y yo digo: no, yo tengo que disimular, porque siempre estoy en lo mismo. Gracias por permitirme tanto tiempo después estar con ustedes, que esta mesa sea un diván, donde uno no hace más que hablar de sí mismo. Muchas personas van a ponerte impedimentos, mensajes que pueden herirte, darte un zapatazo en momentos difíciles, pero si tú sientes que tienes esa fuerza, no puedes hacerles caso. Y a seguir su camino cada uno. Gracias por permitirme este tiempo y que siga si es posible por muchos más años.
Feliz semana.
IKER J.