"¿Hasta qué punto puede llegar la idea de que solamente importa el aspecto? Todo el sistema de mensajes que la sociedad nos envía, indica cómo tenemos que ser para ser aceptados por los demás. Si no lo hacemos, emprendemos un camino solitario.
Me parece atroz que se desprecie a las personas por no parecerse a lo que está establecido. Se ha dejado de lado todo el enriquecimiento espiritual. Ahora, solo importa el aspecto. Todo va al revés. No queremos a las personas y usamos a las cosas, sino que usamos a las personas y queremos a las cosas.
La obsesión por ser el más hermoso ha desplazado a la cultivación del alma que es lo que nos constituye como personas. ¿Hay alguna conspiración para que esto sea así y que solamente nos interese lo más primitivo para que no cultivemos nuestro espíritu?"