Vivir en la incertidumbre es algo molesto, algo que no gusta a casi nadie. Tengo la conciencia personal de haber vivido siempre la completa incertidumbre, sin fiarme mucho de lo que cuentan, siempre con dudas, nunca con verdades muy férreas, establecidas, eternas, pero he comprobado que alguien siempre quiere una respuesta. La persona que incluso le interesan estos temas quiere una solución. Y muchas veces la respuesta es, siendo sincero, que esto uno no la tiene. ¿Quién tiene respuestas en el mundo del misterio?
Me he dado cuenta que a veces hay una sensación de impotencia, de decepción, porque el público quiere respuestas y claro, evidentemente hay muchas personas que dan sus respuestas y eso como que es un bálsamo. El ser humano está diseñado casi genéticamente para vivir en la certidumbre, con respuestas claras. ¿Qué nos pasa ahora? Que estamos en el imperio de la total incertidumbre. Todos saben la barbarie sucedida, el miedo, pero encima hay un goteo de información de que las autoridades, aquellos que nos representan y tienen que defendernos, no hacen los deberes, pero ¿por qué? Hay quien argumenta que es muy fácil matar, que esta sociedad de la certidumbre no está hecha para personas que quieren matar. Otros argumentan que, por ejemplo en España tenemos fuerzas de seguridad extraordinarias que están muy atentos y que abortan muchísimos acontecimientos que serían terribles.
Lo que ha pasado ahora en Bruselas es tremendo ¿por qué? Al margen de lo más importante, que es la pérdida de la vida humana, es que vienen de otras como la de París que seguí muy de cerca. 130 personas ametralladas y muertas en París y todos los gerifaltes, que por supuesto no son los culpables porque también me parece igual de absurdo cosas que escucho por ahí que es de vergüenza culpar a los gobiernos, tiene la culpa el que mata me imagino. Pero es verdad, siendo honestos, que es increíble que después de 130 muertos en la capital casi de Europa a nivel artístico y de poderío como es París, pase esta barbarie, nos digan que van a tomar medidas y luego resulta que es un bucle. Es como un bucle que no para.
Oiga, pero ¿no iban a tomar medidas? ¿Se pueden tomar medidas realmente? Es a lo que voy. Estamos en un proceso, queramos o no, que no nos gusta a ninguno porque el hombre quiere certidumbre. ¿No nos iban a vigilar? ¿Cómo pasa esto en el corazón de Europa? Nos dicen que ha habido tal cúmulo de negligencias y uno se queda… si ya tenemos el mal que atenta, cómo es posible que los que nos tienen que guardar resulta que ni han tomado medidas, ni se han preocupado, tenían todo tipo de pistas para saber que podía ocurrir eso y no hacen nada.
Este tipo de acontecimientos tienen como dos fases. Una que es el dolor, la emoción, y otra que es el análisis sosegado posterior. Queremos estar bajo control en todos los niveles y no hay control. Nos calman porque la incertidumbre es un mal terrible que devora los cerebros.