El cierre de Iker: “La acción de la pornografía es un ‘arma de destrucción mental”
Quiero contarles una historia que es tremenda que, a medida que se desarrolla, me hace perder amistades, pero hay temas que hay que contar. Voy a decirles lo que pienso, y ustedes tendrán su opinión y yo la analizo porque creo que siempre se puede aprender. Aunque aquí lo tengo más o menos claro.
En Nueva York todos somos un poco Paco Martínez Soria cuando llegamos a Times Square. El alcalde puso varios dispositivos, tipo cabina de teléfono, pero de internet. El objetivo, ayudar a los viajeros a conectarse, por ejemplo. A los pocos días se dan cuenta de que se ha “guetificado” las pantallas. Determinadas personas están llevando allí sus cosas, no dejando entrar a nadie, viendo pornografía constantemente. Es un escándalo. Ha ocurrido en todos los centros telemáticos que el alcalde puso. Sin tener en cuenta que la mayor parte de la población usa internet para la pornografía, algo muy constructivo, desde luego. A los siguientes días ya había habido agresiones a mujeres y a algún hombre, disturbios, algún hombre que se masturbaba en público y escenas más o menos sexuales. En zonas que estaban bastante bien; ¿qué han tenido que hacer? Quitar las pantallas de internet.
Un informe de Reino Unido asegura que el inicio a la pornografía dura es a los once años. Hemos visto, como si fuera un documental de fauna, lo que motiva la exposición de pornografía sin ningún control. Del año 2000 a esta parte se ha rebajado 4 años la edad de inicio. ¿Escenas de pornografía dura en niños y niñas de 11 años es bueno? Es muy bueno, seguro que sí. ¿Hay muchos esfuerzos porque esto no ocurra? Yo no lo veo en ninguna parte, sinceramente. ¿Hay preocupación? No sé si la veo. ¿Queremos que se convierta esto también en un gueto?
La acción de la pornografía en la mente humana tiene tal cantidad de estudios independientes que es increíble. Yo lo llamaría “arma de destrucción mental”. Permanentemente y adictivamente llega a ser un peligro: insensibilidad, total desconcierto de las relaciones con las personas, que no lo digo yo, sino sociólogos. Ojo lo que genera eso en los niños. En las violaciones masivas de la India, por ejemplo, se había comprobado que, en un 80% en los móviles de los agresores había contenido pornográfico duro permanentemente visualizado. Esto, que está a un clic de todos nosotros, no entra dentro de lo conspiranoico.
Si uno está continuamente en las áreas más primitivas del cerebro no crea un comportamiento ni constructivo ni creativo. Ahora, muchos dirán que yo intento una cruzada contra la pornografía. ¿Y los niños? Nadie pone ni la más mínima atención, a nadie parece preocuparle. Les lanzo la pregunta: ¿por qué no? Es como la destrucción absoluta de valores muy importantes.
Si quieren, investiguen. ¿Queremos que pase eso en la habitación de un niño de 11 años? ¿O mejor callarse?
Hasta dentro de siete días, amigos.