Los seguidores del misterio, los que amamos esto, siempre hemos creído, creo que es una tendencia que se solidifica con el tiempo, es una especie de no azar. Creemos que hay conductos, hilos en la realidad, señales que sí que tienen conexión. Hay una especie de plan maestro, pero eso ¿cómo se conjuga cuando vemos tanta fatalidad? ¿Por qué existe la mala suerte? No sé qué deciros. En nuestra vida de investigadores, el azar te da señales y hay que estar muy atento a las señales e interpretar lo que para cada uno son señales. Es verdad que cuando surge la fatalidad uno de verdad reflexiona, ¿qué podemos aprender de la fatalidad?
Creemos que la vida es una agenda, en el iPad o en el papel. Y resulta que la vida no es eso. La vida tiene fuerzas emergentes, oleajes que nos invaden y de los que no sabemos nada. Tenemos que convencernos de que la vida es un plan, de que nosotros dominamos a la vida, de que nosotros podemos hacer planes. Existe la fatalidad, el plan maestro. La vida es inmanejable, es una marejada que no se puede controlar. Por tanto, ¿cuál es la actitud? Cada día es un regalo que desenvolvemos. No sé si merece la pena agobiarse por algo, evidentemente hay cosas que son muy graves en la vida. Piensen que la vida es un regalo que nos da algo o alguien, quién crea o quién deje de creer, como dijo un famoso escritor: “El milagro es vivir”. Si vive usted 24 días y un puñado de minutos, empléelo en lo bueno, seguramente en hacer cosas positivas porque la vida no es ningún planing. No te duermas porque la vida no sabemos cuándo empieza o cuándo termina.