Cierre de Iker: “Hay algo de fuerza y de sensibilidad que sólo tiene la mujer"
Por fortuna, siempre pienso que hay héroes en esta sociedad que nos ametralla con contenidos casi siempre violentos, desgarradores, cada vez más espectaculares. Las cámaras captan cosas terribles, pero por fortuna todavía hay personas que se juegan la vida de una forma heroica, inesperada, y también hay personas que de una forma más callada, menos visible, trabajan toda la vida para mejorar la de otros.
Hay una anécdota que nos sucedió a Carmen y a mí hace poco y que me ha sorprendido bastante y que creo que tiene un espacio de reflexión, para dejarla ahí volandera y que otras mentes la capten. Muchas veces recibo el feedback de todos ustedes, de a lo que ustedes les parecen estas cosas y me sorprende muchísimo porque las hacen suyas, les hacen plantearse nuevas cuestiones, me hacen saber nuevas cosas y yo creo que es un lenguaje interesante.
Es una experiencia personal. Desde hace mucho tiempo, tanto Carmen como yo somos socios de la Asociación Española Contra el Cáncer, porque evidentemente es un problema, es una especie de lacra terrible que combate el ser humano, y es un tema delicado para hablarlo. A pesar del progreso y de la mejora de la alimentación, hay más que nunca cáncer, nadie sabe por qué ocurre. Tuve la oportunidad de hablar con especialistas y de preguntar, y se queda uno asombrado, en todo hay misterio, solo ellos saben su batalla personal, muy heroica también. Era un evento en el que premiaban a los voluntarios, a estas personas que por toda España recogen donativos, hacen todo tipo de tareas y llevan décadas dedicándose a los demás porque han sufrido lo que es esto. El foco es mucho más para el criminal y el corrupto y no para ellos. Por eso creo que hay que hablar de estos héroes de la sociedad. Son héroes que no quieren nada para ellos, sino que están permanentemente en ayuda. Fuimos a esa comida de fraternidad y ya estaba todo el mundo sentado en las mesas. Yo iba pensando lo que iba a decir. Era la gran comida de navidad, entré, me subí al escenario, pensé que había como mil personas. Me dieron el micro y dije lo que pensaba: “Menos mal que aún hay héroes, que hay otra cara con mucha gente buena, héroes”. Cuando me bajé del escenario, miré al público y me di cuenta de mi error terminológico porque hubiera sido más adecuado: “Menos mal que aún hay heroínas. El periodista lo que tiende es a quedarse con las imágenes de la realidad y contarlo. Yo hablaba de héroes y miraba a la gente, 99% mujeres. Es un dato. En aquel momento rompí una lanza evidente por las mujeres, porque madre mía ¡qué ejemplo! señoras mayores que han pasado por la enfermedad o han cuidado de su familia, ¿qué puedo seguir haciendo? Ayudar. De las mil personas, 990 eran mujeres ¿qué pasa ahí? Hay un hecho muy claro. La mujer comprometida, la mujer que da todo por los demás, la mujer de ciertos estratos y edades que vive su vida para ayudar. Hablé con muchas de ellas. Me quedé pensando en mi sexo, ¿y los hombres? Tiene que haberlos pero esa muestra era tan palpable amigos. Hay algo de fuerza, de sensibilidad, de resistencia y de capacidad que el hombre no tiene y la mujer sí. Recientemente estamos empeñados en convertir a la mujer en un objeto, como para complacer a otros. Hay una realidad tremenda y evidente, hace falta coger el papel y escribir los datos como son, yo lo he vivido, gente dando su vida por los otros. Hay algo en la mujer dese el principio del tiempo que es cuidar, proteger y tener mucha más fuerza para superar una enfermedad.