Sakineh podría ser ejecutada en Irán en las próximas horas. El crimen que se le atribuye es lo de menos, porque no deja de ser un pretexto para asesinar a una inocente con intención ejemplificadora. Ella ha tenido un apoyo que ójala impida su muerte, otras muchas víctimas no. También por ello se han llegado a decir toda clase de disparates para justificar la crueldad con la que se la está tratando. Algunos se quieren creer las infamias.
En las últimas horas he escuchado cosas muy graves y no es que no me haya acostumbrado por el ejercicio de mi profesión de periodista, pero ahora me han sonado de otra forma. He oído hablar a gente que supuestamente está en contacto con el mundo del "frente musulmán" convirtiendo en terrorista a todo mundo árabe, ahorrándose cualquier tipo de discriminación para, a continuación, erigirse en defensores de las mujeres, sólo con intención de justificarse. Ahora los intransigentes de antaño se han convertido en defensores de una causa que no será jamás la suya.
He oído también hablar de Obama dándole por muerto políticamente, con regocijo, buscando la comparación "planetaria" con Zapatero, reprimiendo una sonrisa edificada sobre ruinas e ilusiones perdidas.
He visto miradas de sucia complicidad en el "cuanto peor, mejor". Y he llegado al convencimiento de que hay que levantar las banderas, recuperar las ilusiones y plantar cara, aunque no se tenga la partida ganada.