Llevo varios días acordándome de Jose Luis Sampedro. Le dieron esta semana un homenaje en la Universidad Carlos III y me alegré de que siga habiendo quien reconoce su valía, su talento, su actitud. En las últimas horas he estado debatiendo en la tertulia de "Las mañanas..." acerca de toda clase insultos de políticos, por un lado, de escritores por otro; cada uno tiene su comentario, su matiz, algunos tienen hasta razón de ser... pero yo no he oído nunca propuestas tan radicales, tan seriamente formuladas, tan valientes y tan llenas de sentido como las que ha hecho y sigue haciendo Jose Luis Sampedro, aterrorizado ante el camino que lleva este capitalismo radical y deshumanizado.
Sampedro es un subversivo con criterio, con datos, con experiencia.No necesita términos insultantes ni rebuscados. Con la mayor sencillez dispara cañones cargados de pólvora, cuestiona el sistema y apunta soluciones. Lo suyo sí que es útil. El, que ya se ha hecho a la idea de que deja este mundo, está preocupado realmente por él, contribuye a mejorarlo sin mirarse nunca a sí mismo, desprovisto de protagonismo o vanidad.
Colaboramos juntos en la radio junto a su compañera Olga ¡qué impresionante historia de amor!. Y cada día era una nueva conquista, un nuevo hallazgo, una motivación para pensar que esto de ser periodista, por el privilegio de estar cerca de personas como él, es lo mejor del mundo. A sus más de noventa años sigue insistiendo en algo que mantiene desde hace mucho y que ahora se empieza a reconocer: la falta de agua será el orígen de las guerras del futuro próximo.Una pena que las grandes verdades no tengan el auditorio que merecen.